La selección española retoma su rumbo en la Nations League con la intención de conseguir grandes objetivos. Tras ganar la pasada edición Joao Félix con Portugal, ahora los de Luis Enrique volverán a la carga con dos militares que no le temen a la muerte: capitán Koke y soldado Llorente.
La España del tiki-taka que inició Luis Aragonés se apagó a medida que Xavi e Iniesta se fueron desvaneciendo. Desde entonces, nadie dio con la tecla de conseguir unos sustitutos que, al menos, hicieran la mitad de lo que ofrecían los eternos 6 y 8 de ‘La Roja’. Ahora, Koke llega con la veteranía que se le pide a un líder de un equipo nacional, con capacidad de coger todos los galones del centro del campo y, lo mejor de todo, sabe perfectamente qué tiene que aportar al equipo: no tiene que demostrar absolutamente nada.
Ramos no pudo esconder su alegría, de capitán a capitán, pues se fundieron en un abrazo nada más verse. Ambos saben que para que España llegue a lo más alto en esta Eurocopa se necesitan a los mejores jugadores y, sin ninguna duda, Koke es uno de ellos. El de Vallecas asiste, defiende, presiona, abarca el centro del campo, hace cambios de orientación y, lo mejor de todo, sabe situarse en el momento exacto. Algo vital en una selección que últimamente corre como pollos sin cabeza.
En un escalón algo menor, llega el soldado con más potencial del ejército de Simeone: Marcos Llorente. Son los primeros días en la selección de un jugador que no sólo ha transformado al Atleti, sino que también ha cambiado la forma de entender el fútbol. Un extremo que puede abarcar perfectamente toda la medular, un tipo al que el término inglés ‘box to box’ se le quedó corto y que corre con la misma intensidad en un contraataque que en un repliegue defensivo en el minuto 92. Es una bestia de la naturaleza.
Marcos Llorente llega a España con intención de quedarse. El madrileño se ha ganado el derecho a soñar, en poder ser ese futbolista capaz de echarse a una nación a la espalda en los momentos complicados y en reventar la Eurocopa como ya hizo en la ‘misión Anfield’. La selección se lleva a dos de nuestros mejores soldados, quedan por unirse el teniente Saúl y el soldado Hermoso. No sé, pero a mí me apasiona ver a los míos defendiendo ‘La Roja’. Ojalá convenzan a Luis Enrique y paseen sobre un autobús en el mes de julio con el título europeo y una bufanda del Atleti.
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