En medio de la vorágine autodestructiva en la que ahora parece vivir el Atlético de Madrid, Mestalla trajo el bálsamo que siempre aplican los puntos, las victorias, el triunfo, que todo lo ajusta. Acalla el ruido, calma los miedos, hace olvidar, aunque sea por una noche, las incertidumbres, el tiempo que resta para el fin del mercado, que curioso que siempre se espere ahí desde la angustia, nunca desde la ilusión. Tres puntos para olvidar a los que se fueron y sobre todo a los que pretenden venir y dar un poco de tregua al fuego que abrasa esperanzas, que sepulta poco a poco el sentimiento.
Simeone modificó sustancialmente el once, Llorente volvió al lateral, como será habitual durante toda la temporada ante la ausencia de ‘dos’ en la plantilla, Saúl al carril izquierdo y el medio fue para Kondogbia, Koke y De Paul. Empezó dubitativo el equipo colchonero, al que ahora los rivales le suben el marcador de la presión, lo ahogan en intensidad, en vencer los duelos individuales, en recoger la segunda jugada. Tal vez el crecimiento también sea eso, la calidad sea eso, ver como los demás lo intentan por la vía de lo que fuiste. El caso es que el Valencia de Gatusso empujaba sin descanso y los de Simeone apenas se aferraban a la pulcritud en el corte de Witsel y la contundencia de Reinildo. Vio tarjeta el mozambiqueño demasiado pronto, así como Saúl, y eso condicionó el partido hacia la derecha, por donde percutía el Valencia con más corazón que cabeza. Se adelantaron los locales con un zapatazo de Musa que afortunadamente el VAR anuló, pues había una clamorosa falta previa a Joao que Cuadra Fernández había dejado escapar. Antes del descanso, Morata, incansable en el trabajo y la presión, provocó la expulsión de Correia, cuando se iba a portería, que también fue justamente corregida por el videoarbitraje, y tuvo la ocasión más clara del partido, servida por Joao Félix, pero aquello quedó en nada.
En la segunda mitad entró Carrasco por Saúl, pero nada cambió sustancialmente, el Valencia, todo corazón, presionaba alto al Atleti, que era incapaz de enhebrar una posesión larga, de dar dos pases seguidos. La tripleta del medio no tuvo un buen partido y dos de ellos salieron del campo rebasada la frontera del minuto sesenta. Entraron Lemar y Griezmann, que fueron decisivos justo un minuto después. Lemar robó en tres cuartos, condujo en diagonal hasta la frontal y habilitó a su compatriota para que, con un poco de fortuna, pues el balón golpeó en la espalda de un defensa valencianista, hiciese el que a la postre sería el único gol del partido. Con el gol, los de Gatusso perdieron el fuelle, se desinfló su entusiasmo y el Atleti se manejó con más solvencia. Todo el entusiasmo ché terminaba en Lino, que lo intentó de todas formas, o en Soler, que se desesperaba. Witsel cortaba y repartía y a la contra, el Atleti debió sentenciar con un resultado más amplio, pues tuvieron ocasiones muy claras Carrasco, Griezmann, y Cunha, que había entrado junto a Correa en los minutos finales. Mamardashvili fue el héroe del partido. Tres puntos en un clin clin caja de manual para no perder la estela de la clasificación y no echar gasolina a este ambiente enrarecido en el que ha arrancado la temporada. Dos días para el cierre del mercado. Dos días para que cualquier cosa, y ninguna buena, pueda ocurrir.
Foto: atleticodemadrid.com
30 agosto, 2022
Buenos días, comentario muy acertado de lo que fue el partido y totalmente de acuerdo, el jugar con tres en el centro del campo da muchas facilidades al equipo contrario para manejar el partido y meterte en tu propio campo.
Tanto Koke como De Paul y Kongdobia han sido incapaces de crear futbol de ataque y sacar un balón de atrás jugado lo que hace muy difícil llegar a la portería contraria y llevar balones a Morata y Joao en condiciones.
Si cambiamos el sistema por un 4-4-2 pienso que el equipo será más fuerte y crecerá de lo contrario la temporada será muy parecida a la pasada, debería probar a Witsel en el medio y jugar con dos centrales, la salida de balón en el medio campo sería más fácil.
Aúpa Atleti
30 agosto, 2022
Voy a poner el foco en un detalle que no tiene mucha importancia y que todos conocemos, pero es que estoy harto de verlo en todos los partidos de fútbol y ayer en Valencia era constante:
* Si a un jugador le cosen a patadas pero no le quitan el balón y puede seguir no le pasa nada,
* Si le quitan el balón aunque sea sin hacerle falta se cae muerto al suelo pidiendo confesión y que un cura le dé la extremaunción
* Cuando el atleti mete gol, súbitamente ya no se caen, ya no les duele nada y ya no sienten ni padecen
Qué coñazo…
30 agosto, 2022
Ayer el Cholo puso el cemento en la primera mitad, con ese centro del campo para aguantar el tirón del Valencia que iba a salir a por todo. En la segunda parte, y ya con libertad para no pagar 40 millones al Barsa, saco un poquito de aire con Carrasco, Lemar y Griezmann… y llego el gol. El problema es el día que no le sale bien. Pero el guion es de manual de Cholismo.
30 agosto, 2022
¡Por favor, alguien le puede decir a Oblak que se la pase a los de rojo y blanco!
30 agosto, 2022
jajaja es verdad, ayer no tuvo su día.
Y eso sin contar que en el «gol fantasma» le pillan dormido