Marcos Llorente, a imagen y semejanza de Simeone

Corría el verano de 1996 y una sorprendente selección de la Republica Checa estuvo a punto de dar una de las mayores sorpresas que se recuerdan en la historia moderna de nuestro futbol: fue la gran revelación de la Eurocopa disputada aquel verano, logró plantarse en la final y solo un ‘gol de oro’ (si, ‘aquello’ existió en nuestras vidas) del alemán Oliver Bierhoff acabó con sus sueños de convertirse en herederos de aquella Checoslovaquia del mítico Panenka que se proclamara campeón de Europa allá por 1976.

Apenas mes y pico antes de aquella final, el Atlético de Madrid de Radomir Antic, había conquistado el primer doblete de su historia, desplegando un juego más que notable y tras casi dos décadas de abstinencia, en lo que al entorchado liguero se refería.

Y el lector se preguntará… Al margen de la coincidencia en el tiempo, ¿qué tienen que ver la República Checa y el Atlético de Madrid del verano de 1996? Pues, tienen bastante; o, al menos, un hecho bastante importante. Jugaban en aquella selección checa jugadores de la talla de Patrick Berger (ficharía por el Liverpool), Karel Poborsky (por el United), Pavel Nedved (por la Lazio para convertirse, años después, en mito de la Juventus), Petr Kouba (por el ‘buen’ Deportivo de La Coruña, aunque sin excesiva suerte, todo hay que decirlo).

Pues Radomir Antic, técnico colchonero, ídolo absoluto de la afición y con ‘mando en plaza’ tras el éxito del año anterior, huelga decirlo, fue a fijarse en el jugador menos vistoso y menos atractivo, al menos, a ojos de los aficionados: el mediocentro Radek Bejbl, que seria incorporado aquel verano a la disciplina atlética. Para ser sinceros, no es que no respondiese a las expectativas, del aficionado (insisto), en los cuatro años que jugo en el Calderón; es que nunca las creó. Era un jugador luchador, bregador, que cubría mucho campo, que se dejaba el alma en cada partido, que roba una cantidad ingente de balones, pero que, una vez con el esférico en los pies, no era ningún prodigio. De hecho, corría por el Calderón el chascarrillo de que “Bejbl necesitaba robar muchos balones para después poder perder algunos”.

Todo esto a ojos del aficionado medio; pero, a ojos de Radomir Antic, de otros muchos técnicos y de cierto tipo de aficionado algo mas especializado, Radek Bejbl tenia una gran virtud: al margen de cubrir campo y recuperar balones, era un jugador que equilibraba de forma prodigiosa aquellos equipos en los que jugaba. Aun sin ser ningún genio con la pelota en los pies, era la gran referencia del equipo en el sentido de que su sola presencia en el terreno de juego mantenía el equipo siempre perfectamente ordenado; y esa virtud, muy valorada por cierto tipo de entrenadores, es cada vez más importante en el fútbol actual.

Y, otra vez, se preguntará el ávido y amable lector: ¿a qué viene todo este ‘rollo’ vintage? Pues, viene al fichaje de Marcos Llorente por el Atlético de Madrid. Presentado oficialmente el pasado viernes, Marcos Llorente viene a cubrir el hueco dejado por Rodri, que aun no se ha ido, pero ya no está; pero, sobre todo, viene a tratar (porque son palabras mayores) de tapar el hueco dejado por Gabi y por Tiago: desde un punto de vista puramente táctico, mas el hueco del portugués que el madrileño. Porque, aunque Gabi fuese un referente absoluto en todos los sentidos, durante los años que estuvo, la referencia del equipo en mediocampo se llamaba Tiago Mendes: un jugador que desarrolló la mayor parte de su carrera (Benfica, Chelsea, Olympique de Lyon y Juventus) como interior pero al que la edad y el conocimiento del juego lo fueron retrasando hasta convertirlo en un mediocentro (en el más puro sentido de la palabra) como pocos ha habido en Europa en los últimos veinte años: peleaba, cortaba, distribuía, era siempre el apoyo de sus compañeros, tenia un sentido táctico como uno ha visto pocos.

Y es que volviendo al presente y dejando a un lado sentimentalismos, gustos por el juego elaborado y ofensivo, deseos de tener en tu plantilla al que va a ser el mediocentro titular de la selección española para la próxima década, Marcos Llorente se acopla mucho mejor al rol de mediocentro que demanda Simeone que Rodri: un mediocentro que cubra campo, que luche y corte, que sirva de referencia o ‘faro’ para sus compañeros, que tenga sentido, que equilibre el equipo, como decíamos de Bejbl. Y, como guinda, que sepa dar un ‘primer pase’, que sepa llevar el balón a los interiores o los laterales si estos han iniciado la subida por banda, sin correr excesivos riesgos de perdida de balón en zonas comprometidas (en este aspecto, por cierto, Llorente es bastante superior a Bejbl).

El saber conducir el balón y el hacer rupturas conduciéndolo (terreno en el que Rodri es notablemente mejor que Llorente) queda reservado en los equipos de Simeone, o en la idea de juego de Simeone, para los interiores.

Y es que, al final, el futbol es un deporte de equipo; y, muchas veces, un jugador no es mejor que otro per se, sino por sus aptitudes (sobre todo) o actitudes para adaptarse a un determinado rol que viene impuesto por el equipo en el que juega o por la idea del entrenador que lo dirige. Y aun a riesgo de ser llamado hereje y aun sin haberlo visto jugar en el Atlético, me atrevo a insistir: Llorente es mejor mediocentro que Rodri para este Atlético de Simeone.

Por último, no menos importante y hablando de interiores, el fichaje de Llorente y el inminente de Héctor Herrera (un jugador completamente diferente pero también muy ‘tipo’ Simeone) deberían permitir que, por fin, Koke y Saúl se desempeñasen definitivamente como interiores, que es su lugar; como ya hemos comentado varias veces, uno por su capacidad de asociación y el otro por su llegada al área, alejarlos de la portería rival, colocándolos en el doble pivote, es restarle capacidad al equipo.

Item más: Sobre el pasado madridista de Llorente, de gran parte de su familia (incluido su señor padre, el ‘Lechuga”, que fue el primer futbolista en España en acogerse al mítico decreto 1006 para abandonar el Atlético rumbo a Concha Espina), debo decir que ME DA IGUAL, exactamente igual. ¿Que puede hacer uno o dos anos excepcionales en el Metropolitano y hacer el viaje de vuelta a Chamartín? Es posible. ¿Que puede que, dentro de ocho o diez años, suscriba aquella frase de Juanfran de “llegó un vikingo y se va un indio? También. Lo único que le pido es que, los añoos que este en el Atlético, rinda como un profesional. Ni más; ni menos.

P.D.: La ínclita dirigencia atlética, que tan poco cuida cierto tipo de detalles (la ‘no’ presencia en el funeral de Jose Antonio Reyes es sólo el ultimo ejemplo) ha protagonizado dos hechos muy reseñables en los días con Rodri, todavía jugador atlético oficialmente: no felicitarle su cumpleaños vía redes sociales, como se hace con cualquier otro miembro de la plantilla y presentar a Llorente con el numero 14 cuando, insisto, el ex del Villareal es todavía jugador atlético. Cuesta creer, vistos los antecedentes, lo hayan hecho a propósito, pero ahí quedan los detalles.

Foto: clubatleticodemadrid.com

Autor: Vicente Soto

Nacido en Madrid, Criado en Ferrol. En Grenoble por trabajo. Ingeniero dedicado a las finanzas. Apasionado del fútbol. Atlético "a muerte". Socio nº 7646

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3 Comentarios

  1. Detalles, eso es lo que define casi siempre la realidad de las cosas, ocultas o disfrazadas con tópicos.

    Luego vienen los hechos, que con un pequeño margen de error, suelen dar o quitar razón a los detalles.

    Si a cualquier atletista le dicen que se va a fichar a un jugador cuya mayor virtud es el despliegue físico, que tiene la técnica suficiente para ser profesional, pero sin alardes, que tiene poca creación de juego, que no tiene gol y que además vale 40 millones, la mayoría respondería de manera negativa, aduciendo que hay cientos de jugadores con ese perfil y a menor costo.

    Ahora le ponemos nombre al jugador: Llorente. ¿Cuántos atletistas cambian de opinión y ahora les parece un fichaje acertado?.

    No voy a entrar en el por qué de la anterior cuestión, solo me interesa el detalle: «…yo siempre de blanco», dijo el muchacho hace pocos meses.

    Ojalá los hechos me quiten la razón y desmientan al detalle.

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  2. Para empezar, y con el debido respeto, atlético Che, los atléticos somos eso y no como tú los llamas. Lo otro suena a repelente blanco. No sé cuándo ni cómo empezó ese palabro, pero lo detesto. Y esto me trae a la mente la obsesión de la mayoría de quienes escriben en este blog con el nuevo escudo, que tiene el ribete azul, las mismas 7 estrellas de Madrid, las rayas rojiblancas, el oso y el madroño, pero por alguna insondable razón, es la prueba del delito de un robo inexplicado. Por supuesto que tú puedes llamarte como quieras, pero yo he sido atlético toda la vida y lo seguiré siendo.

    Y cómo no recordar al rubísimo Bjbel y los estrafalarios fichajes de Antic : Esnáider por Penev, Lardín por Simeone, el sonrojante Pablo Alfaro. Imposible olvidar que el maravilloso y ridículamente barato Pantic vino porque el Barça se llevó ¡ gracias Dios por los pequeños favores! al otro bluf de Prosinecki, que es a quien quería traerse realmente el serbio. Sí, aquel equipo del 96 jugó de maravilla , ganó el doblete y lo dirigió Radomir, pero sus fichajes y algunas de sus decisiones ( que Esnáider tirara el penalti contra el Ajax, por ejemplo ) fueron lamentables. Aunque el primer tiempo del Atleti-Barça de aquella liga figuran en mis anales del fútbol como la máxima excelencia.
    Bjbel, un portento físico y un jugador muy noble. No creo que haya visto correr nunca tanto a un jugador. Ni siquiera a Gabi. Eso sí, era incapaz de dar un pase diagonal de 8 metros para romper una presión.

    No tengo la menor idea de cómo juega Marcos Llorente porque jamás miro al vecino jugar. Que cueste 30 más variables me parece tan disparatado como el precio de cualquier otro. Siempre sobra un cero en el precio. Y que, según Che, dijera que él siempre de blanco estando en el vecino… pues qué va a decir. Lo que sí sé es que el tal Rodri, que parece que se hizo renovar por el estupendo Villareal del detestable Roig para que nos costara mucho más dinero recuperarlo, estando en el que decía que era su equipo y jugando de titular en su primer año, se ha largado y ha pasado a ser un mierdas para mí. Y que Llorente, al que el francesito de los cabezazos y las patadas voladoras no iba a dar bola, pudiendo elegir entre bastantes destinos apetecibles, ha elegido venir a mi equipo a derrochar sus facultades. Así que, bienvenido Llorente

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  3. Jose Antonio Reyes fue un jugador que durante el tiempo que estuvo en nuestro club fue muy polémico. Se pagó por él un buen traspaso al Real Madrid, donde jugó una temporada. El año anterior había fichado por el Real Madrid a pesar de tener con nosotros un precontrato, el cual rompió y nos dejó tirados.
    Durante su estancia, llegó a insultar a su entrenador, Gregorio Manzano, durante un partido en el Calderón. No fue un jugador que fuera querido por la afición, a la vez que cuando se marchó al Sevilla, de nuestra directiva habló de forma incorrecta.
    Todo eso no justifica que no hubiera nadie del club en su sepelio, cosa que repruebo. Un mal detalle.
    En cuanto a lo de Rodrigo, no veo que ya que él ha comunicado al club su marcha y se esté a la espera del pago de la cláusula, alguien que llegue no pueda usar su numero.
    ¿Que todavia no se ha marchado? ¿Y? Yo estoy seguro que al club que vaya ya le habrán reservado un numero.
    Además tuvo la «ligereza» de mandar un WhatsApp a todos sus compañeros para despedirse hace un par de semanas. Ya que pedimos que el club respete, que menos que Rodrigo les hubiera llamado a sus compañeros con una llamada de movil.
    Por otra parte, un jugador que se niega a ir a la sub21 a Italia para la Eurocopa, a mí como español y atlético, deja de representarme y espero que la FEF y en su momento el entrenador de la absoluta deje de contar con él.
    Llorente viene de los otros. Pero ha querido venir.
    Tenia otras ofertas y hasta se podía haber quedado en el Madrid. Pero ha querido salir y en su discurso de llegada ha sido muy claro. «Vengo donde quiero venir». Y a mí con eso me vale.

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