Joao Félix está de vuelta, de eso no hay dudas. Sus últimos tres partidos han sido para enmarcar ante rivales de alta categoría: Milán, FC Barcelona y Liverpool. El joven portugués sigue estrictamente las directrices de Simeone y por fin podemos decir que tenemos a ese futbolista estrella que tanto esperábamos: el 7 atlético está que se sale.
Todavía no se ha reconciliado con el gol, pero todo lo que ofrece al juego del equipo está a la altura de un jugador de clase mundial. Joao deja atrás esa maldita lesión de tobillo que le hizo maljugar desde enero, vivir una Eurocopa gris y llegar tarde al inicio liguero.
Pero centrándonos en su juego, hay que destacar la facilidad que tiene Joao Félix para atraer a jugadores rivales y dejar espacios libres a Suárez, Lemar o Griezmann. Sin ir más lejos, en el gol de Grizzi ante el Liverpool, el luso absorbe a cuatro rivales, mantiene la pelota y asiste al francés como si nada. También hizo lo mismo ante el Barça, donde pegado en banda le hizo un traje a Araujo, despistó a Mingueza y se zafó de la presión de Nico con un pase a Suárez que acabaría en gol de Lemar. Puro espectáculo.
También está mostrando ese lado asistente. El portugués se desplaza con libertad desde la banda, como hacía en el Benfica, y se deja ver por los alrededores del área para asistir a los delanteros. Ante el club catalán dio un pase de gol a Luis Suárez, dejando un claro mano a mano que el ‘pistolero’ falló ante Ter Stegen. Además, tiene una visión 360º del campo que le hace oxigenar el juego con tan solo dos toques o un cambio de banda.
Por otro lado tiene verticalidad. Por fin vemos esas carreras por banda de Joao que tanto gustan a los colchoneros, echando al equipo hacia arriba. Todavía está en el recuerdo ese jugadón con el que se presentó ante el Getafe y ahora está siendo algo habitual en los últimos partidos. Pero no sólo es correr, es que también se posiciona en el perfil bajo del campo y da una salida de balón directa hacia la portería, como en la jugada que acabó con gol de Suárez ante el Barça. Un pase profundo a Lemar que dejó un claro 2 contra 1.
En Milán vimos el claro ejemplo de autobús. Un equipo con uno menos y ganando al Atleti. Había que pensar, exprimir al máximo los pases y ahí Joao fue fundamental: buscó pases verticales y con un toque generó auténticas ocasiones de gol. Otra vez, el luso dio un pase aéreo que generó un cabezazo de Suárez ante el portero. Una lástima que el uruguayo errara esa ocasión tan clara.
Los atléticos pedimos esto a Joao. Simeone quiere esto de Joao. Y el mundo del fútbol está encantado con este Joao. Si sigue así no va a tener techo, redondeará su juego con goles y generará muchos éxitos al Atlético de Madrid. Por cierto, para los que dudan de su implicación, revisen cómo celebra el primer gol ante el Liverpool y cómo corre a por la pelota para llevarla al centro del campo. Este tipo ya es colchonero.
