Una estrella fugaz

Lo del Atleti y Joao Felix es como ese romance que, por más que te empeñes, sabes que no.
Te gusta, le gustas y debería ser tan fácil como dejarse llevar y disfrutar juntos. Un idilio. Pero
no. El choque de caracteres desgasta la ilusión en cada desencuentro. Vamos, pura
incompatibilidad. Porque ya son cuatro años y no hay manera de entenderse. Quizá ya no
quedan ni ganas de hacerlo. La involución de Joao es manifiesta. No progresa. No sube de
nivel. No despega. Periódicamente deja retazos de fantasía que a uno le hace olvidar de un
plumazo todos los malos momentos. Como si buscásemos un punto de inflexión a partir del
cual construir un nuevo comienzo. Pero solo son espejismos. El gol al United. El partido en
Getafe de la primera jornada. Aquel slalom driblando rivales que terminó en penalti.


Capítulos huérfanos de un thriller cuyo final todos intuíamos y que parece más próximo que
nunca. Porque aquel peto que aterrizó el miércoles a pocos metros de Simeone estaba lleno de
amargura y hastío, de frustración y desengaño. De dolor. Es como ese ‘click’ que sabes que
marca el principio de un final. Un destello de algo irreversible. La confirmación de que, podréis
durar unas semanas más, quizá varios meses, pero por primera vez aceptas que la relación se
va a terminar. Y continúas a sabiendas de que ese instante, tarde o temprano, llegará.


No atraviesa el Atleti el mejor momento para andar buscando culpables al drama. Quizá
Simeone no ha sabido liberar las esencias de Joao Félix. O tal vez éstas ni siquiera existan. Ya
no hay certezas en esta relación tóxica y deteriorada por los menosprecios. Demasiados trapos
sucios. A lo mejor aquel verano, con la inocencia de quien necesitaba llenar un gran vacío y
hechizados por los 125 millones de su fichaje, construimos en el aire un ídolo que jamás
existió. Quizá fue todo un producto de nuestros propios deseos.


Lo cierto es que Joao está más lejos que nunca del Atlético de Madrid. Futbolísticamente y
también emocionalmente. Sus enigmáticos likes en las redes sociales y sus desaires cuando
parte como suplente se unen a unas cifras goleadoras indignas para un delantero. Cada vez
más solo dentro de su propio laberinto, Joao se queda sin apoyos y sin salidas. Lo que hasta
hace poco era una nueva oportunidad para arreglarlo ahora ya es un examen sin margen para
el fallo. Cuesta señalar en qué momento se ha estropeado todo tanto para haber llegado hasta
aquí. Ha sido tan rápido que apenas nos hemos dado cuenta. Como una estrella fugaz, que
aparece y desaparece al instante. Qué paradoja.

Foto: Getty Images

Autor: Dani Sanabria

Periodista de Mundo Deportivo. Social Media Manager. Especialista en running y trail running.

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3 Comentarios

  1. Creo que ha llegado el momento de que alguien de dentro del club (entiendo que el entrenador) nos de alguna explicación de lo que esta pasando con este jugador, me explico, llegó como una figura aunque muchos seguidores del Atleti entre los que me cuento no le conocíamos, se pago una millonada por él y no ha dado el resultado que debería, ya son tres años los que lleva en el equipo y no ha entendido la filosofía del futbol del Cholo (sacrificio cero) con lo cual jugar en este equipo es prácticamente imposible.
    Reitero, como socio con más de 25 años de antigüedad en el club, deseo que alguien nos diga que esta pasando porque si no se van a escuchar más pitos que aplausos cada vez que salga al campo.
    Ojo, con esto no quiero decir que el entrenador no tenga su culpa correspondiente y tanto el uno como el otro se lo hagan mirar por bien del club que les paga y de los aficionados que apoyamos al equipo.
    Aupa Atleti

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  2. El fichaje de Joao Félix fue una acción temeraria de la directiva. Una apuesta disparatada de aquel que juega a recibir el premio al mejor empresario del mundo y que pretende, en un arrebato, dar un golpe de efecto.

    Puedo decir esto ahora, porque desde que llegó el portugués, siempre he pensado lo mismo. No es un jugador que sirva para el sistema de juego de Simeone.

    Toda la relevancia de este caso viene dada exclusivamente por el precio que se ha pagado por él y por el intento desesperado de la dirigencia por rentabilizarlo. De no haber costado 120 kilos, el paso de Joao Félix por el Atleti hubiera sido fugaz.

    Ahora, parece que viene el epílogo de esta fantasía, porque eso es lo que ha sido desde el principio. No nos ha tocado la lotería pero hemos soñado con viajes a paraísos lejanos.

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  3. Excelente artículo. No solo se suscriben las ideas expresadas, sino que se alaba el estilo. Las formas son esenciales en el periodismo. Enhorabuena.

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