Otro río

El arranque del nuevo curso para el Atlético de Madrid ha sido desastroso. Es absurdo poner paños calientes. Dos empates seguidos frente a dos equipos recién ascendidos, un único gol a favor (de penalti) y serias dudas en lo que respecta al juego o a la configuración de la plantilla. No es una buena tarjeta de presentación.

Hoy, conservando todavía en la retina los 90 minutos del Estadio Municipal de Butarque, aparecen las dudas, los análisis y y las teorías que justifican lo que allí ocurrió. Es lógico que la mayoría sean críticas. Es lógico que el tono sea negativo y pesimista pero no entiendo la oleada de resentimiento (rayando el odio) que me he encontrado dentro y fuera de la parroquia rojiblanca. No además sobre algo tan poco evidente como el planteamiento de un partido de fútbol (aunque aparentemente exista tanto listo que lo ve todo clarísimo). No cuando ese mismo planteamiento es el que rescató al Atleti de las cloacas para llevarlo a las puertas del cielo. No cuando es rabioso y se hace contra el tipo que obró el milagro.

No contaba con esta ola de histeria y me produce verdadera tristeza. Mucho más que los dos empates o cualquier derrota por venir porque lo entiendo como algo que atenta contra la propia esencia de eso tan abstracto que llamamos Atleti. Yo no pensaba que la afición de este equipo tan peculiar fuese como esos niños malcriados que sólo dan besos cuando es a cambio de regalos o caprichos pero puede que esté equivocado.

Creo que fue Heráclito el que dijo que es imposible bañarse dos veces en el mismo río y me temo que por el Calderón estamos empezando a comprobar la veracidad de dicho pensamiento. Cada uno tendrá su teoría. La mía es que es ahí donde está la clave del problema. El Atleti ya no se baña en el mismo río de antes ni lo hace con la misma ropa ni a la misma temperatura. Ahora el 90% de los rivales no tienen ningún problema en reconocer su inferioridad (a priori) para encerrarse en su área todo el partido. Ahora todo el mundo conoce a nuestros jugadores hasta la exageración. Ahora media Europa tiene analizado cada movimiento táctico del Atleti porque ahora es algo que se estudia en las academias para poderlo replicar. La mayoría de los equipos tienen ahora un sistema defensivo bastante parecido al nuestro y saben perfectamente a lo que jugamos. Conocen el plan A y el plan B. Ahora ya no es tan fácil ganar en intensidad porque todos son intensos (o están muertos). Ahora todo el mundo conoce a la perfección todas nuestras variantes en el juego parado y ya no es sencillo hacer daño por esa vía. Ahora no tenemos un delantero centro que descongestione el partido por sí mismo. Ahora no tenemos un tipo en la línea de cuatro que además de defender tenga magia (o no está tan claro que lo tengamos).

El mundo ha cambiado muy rápido en estos cinco años y me temo que el Atleti no lo ha hecho con la misma velocidad. Por eso me parece un error de Simeone seguir empeñándose en resolver la integral con el mismo método de siempre cuando las condiciones de contorno han cambiado de forma tan significativa. No estoy hablando de renunciar a la esencia ni al estilo (odio en lo que se ha convertido ese concepto) sino de adaptar la misma idea a los nuevos tiempos. Reinventarse sin perder la personalidad. No sé si es cuestión de modificar ligeramente el esquema, la alineación titular, la filosofía o el color de las medias (de verdad que no lo sé) pero sí que creo que hay que cambiar algo. Volver a ser original. Volver a sorprender. El río es otro y nosotros no.

Si prestan un poco de atención verán que acabo de criticar a Simeone. No pasa nada. Es sano. Lícito. La crítica es buena si es constructiva pero sólo es constructiva si se hace desde el respeto al criticado y teniendo la certeza de que uno también puede estar equivocado. Esto del fútbol es un complicado engrudo de talento, dinero, táctica y azar muy difícil de analizar con un mínimo de precisión. Que no les engañen.

No se trata de estar a favor o en contra de nada porque la vida (y el fútbol) es mucho más complicado que todo eso. No se trata de defender a nadie. No se trata de elegir bando porque esos bandos son mentira. Invenciones tramposas. No se trata de abrazar causas perdidas, ni de venerar ídolos, ni de hacer esforzados ejercicios de fe. Ni siquiera hace falta criticar o que la crítica sea vehemente porque es absurdo que lo sea y porque el caldo de cultivo que se está generando en torno al entrenador argentino es muy desagradable y no puede ser bueno.

Lo único realmente importante es ser coherente. Ser el mismo tipo de seguidor en la victoria (fácil) que en la derrota porque es ahí, en la derrota, donde se demuestra la diferencia. Para ser igual que todos los demás existen otras opciones mucho más cómodas e interesantes. No lo duden si es el caso.

 

Foto: Ángel Gutiérrez – clubatleticodemadrid.com

 

 

Autor: Ennio Sotanaz

Humano, zurdo, confundido, bocazas, incrédulo, aturdido,...

Comparte este contenido en
468 ad

Envia un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies