Hay una palabra que define perfectamente los últimos siete años del Atlético de Madrid: molestamos. Es simple. Por mucho que quieran hacernos de menos ya no les hace tanta gracia que sigamos ahí. Lo que parecía flor de un día ya va camino de convertirse en algo cotidiano, y eso a los que han monopolizado la liga española durante buena parte de los últimos 30 años les molesta.
Parece ser que ahora hay una gran cantidad de periodistas a los que les importa como juega el Atleti: «tan defensivos no vais a ganar nada» » la afición debería exigir más a Simeone» «tenéis plantilla para más.» No sé si tendré memoria cortoplacista o no, pero durante los años de travesía en el desierto jamás oí a ninguno de estos nuevos adalides del buen sentir rojiblanco preocuparse por la situación del club. Algo debe estar pasando cuando estos caballeros se dedican a dar lecciones sobre cómo, cuando, y por qué querer o no a tu equipo. Algo debe estar pasando cuando esta gente te dice lo que debes exigir o no al equipo, ese equipo al que hasta hace nada ni tenían en cuenta.
Y pasa, ya les digo que si pasa. Pasa que el Atlético de Madrid es ese chaval tímido al que nadie invitaba a ningún lado. Un chaval al que Diego Pablo cogió y le hizo entrar en esa fiesta. Y no entró de cualquier forma, ahora ese chaval apocado que antes caía simpático habla de tú a tú a quienes han manejado el cotarro toda la vida. Y no sólo eso, ahora es un duro competidor, los ligues no se los llevan tan fácilmente, ahora tienen que currárselo más, y eso a sus fieles palmeros les duele. La única forma que les queda para acabar con este barco es intentar que se hunda desde dentro. Sembrando debates absurdos, generando temas de conversación sin fundamento ninguno, temas que lo único que buscan es la confrontación en una grada que con tanto cambio ya no sabe qué es.
Recién salido del derbi me quedó un buen sabor de boca. Vimos a un Atlético de Madrid que ha peleado el partido hasta el final y a un Simeone que buscó los tres puntos sin cortarse. El Madrid pareció conformarse con el punto, ¡quién nos lo iba a decir amigos! Pero seguirán diciendo que no jugamos, que Joao ha costado muchísimo y no responde y que así no ganaremos Champions. Nosotros sonreiremos, miraremos al cielo y volveremos a reír. Rosendo, eterno carabanchelero, lo definió perfectamente:
Es cosa corriente
sentirse diferente
y entrar en ambiente
navegando a muerte
Foto: atleticodemadrid.com
1 octubre, 2019
El Atleti siempre ha molestado al nacional-madridismo. Incluso cuando le bajaron a la 2ª división, la imagen de los ambientazos del Calderón, con llenos a reventar, frente al Murcia o al Albacete, les levantaba un poco más las ampollas de la envidia.
Paradójicamente, fue Zidane, el que con una desfachatez infinita se atrevió a decir hace unos meses que eran ellos los que molestaban. Es más fácil hablar cuando sabes que tu brazo mediático te va a dar cobertura por muy estúpido que sea lo que digas.
La Caverna, esa que absorben día tras día multitud de seguidores del Atleti, quiere acabar con este Atleti. Está empleándose a fondo desde ese 3-7 que tanto les ha escocido, y probablemente logre su objetivo, ya consiguió que tras los dos robos históricos de Lisboa y Milán, parte de la afición se dedicara a felicitar al rival y a echar la culpa a los elfos del bosque.
Ahora el objetivo es Diego Simeone, no solo acabar con ese estilo suyo de juego que les incordia, sino con esa imagen de solidez y permanencia en el tiempo que ellos no han sido capaces de conseguir con ningún entrenador ni «de la casa», ni de fuera.
Grande Rosendo.
Excelente artículo.