Acertar fuera del terreno de juego es muy complicado, es tan delgada la línea entre el bien y el mal que asusta a los propios futbolistas. Muchos regatean mejor a las cámaras que a sus adversarios. Pero, en ese vacío legal, apareció Gabi con semblante serio para dejar las cosas claras. Actuó como capitán del Atlético de Madrid y expresó de una forma sencilla el sentir de los rojiblancos:
«Entiendo que no todos los jugadores que están aquí sean del Atlético de corazón y puedan cambiar”
Así de claro fue el ’14’ ante los periodistas, con un mensaje directo, donde diferencia entre los futbolistas que se guían por la pasión del club y los que se dejan llevar por sus impulsos.
Gabriel Fernández pertenece al primer grupo, un jugador ilusionado y comprometido con el equipo que le vio crecer, el equipo que le ha dado todo desde que era pequeño. Un hombre al servicio del equipo, de los que hay que poner como ejemplo en las pareces de Majadahonda. Sin embargo, hay chicos que no han ‘mamado’ ese sentir, llevan mucho tiempo buscándose la vida y, aunque cueste, suelen dejarse llevar por los impulsos. De hecho, Fernando Torres hizo lo propio en Inglaterra una vez alejado de su hogar. Y en cuanto a Griezmann, Madrid poco se parece a Lyon.
Gabi en el Camp Nou. Foto: clubatleticodemadrid.com
Es importantísimo tener a jugadores de este tipo en un equipo. Un capitán de verdad, de los que imponen en un vestuario, capaz de mirar a los ojos a sus compañeros y decirles las cosas como son. Es muy fácil saltar al campo con el brazalete, pero es más difícil dar ejemplo y ser considerado como tal. Gabi tiene el reconocimiento de la afición y de la plantilla, jugó con una fisura en la costilla por alcanzar un sueño y, a estas alturas de la película, con más de 400 partidos a sus espaldas, sólo pide una cosa a sus compañeros: «Defiendan la camiseta como se merece».
Por ello, como buen ejemplo de capitán, Gabriel Fernández salió a rueda de prensa, destacó la labor del francés y dijo, en pocas palabras, que aquí se quedan los que quieren estar. Los que no, ya saben dónde está la puerta de salida.
Fotos: clubatleticodemadrid.com
