El amor que todos los atléticos profesamos por Fernando Torres es una cosa única, especial, más allá de la lógica, un fenómeno que probablemente no se va a repetir nunca más en la historia del club porque sobrepasa los límites de la lógica. Es un amor de película, de los que ya no existen. Por ello, ningún otro jugador, por mucho que haya dado al club, conseguirá jamás ese afecto irracional. Si hay uno que se le acerca, aunque muy de lejos, en la manera de exaltación pública es don Gabriel Fernández, para mí, junto a Adelardo, el mejor capitán en la Historía del club.
Lo de Torres es amor, pero en mi opinión, nadie como Gabi representa los valores del Atlético de Madrid: humildad, sacrificio, compañerismo, liderazgo, espíritu ganador. Esa imagen suya en el Pizjuan tras la semifinal de Copa de 2013 en el túnel de vestuarios diciendo que íbamos a ganar la Final al Madrid, cuando todos los aficionados estábamos absolutamente cagados, representa al Atleti y lo que es b. Días después a hombros en el Bernabéu, llorando en Milán, disparando con su metralleta en Lyon; Gabi es puro Atlético de Madrid y si decide marcharse en este mercado de verano seguiremos siempre a la voz del capitán, esperando a que pronto vuelva a seguir siendo importante en la historia del club desde otra posición.
Foto: Rubén de la Fuente