El camarote de los hermanos Marx

Cada vez es más difícil encontrar un periodista deportivo decente en los grandes medios. Ya no digo objetivo y profesional, sino decente. A nivel nacional se sigue alimentando el frikismo desmedido, las noticias salsarosescas y a comentaristas cuñados que viven del chascarrillo fácil para tratar de ocultar sus nulos conocimientos sobre el balompié. Exfutbolistas convertidos en bufones, aficionados a coleccionar DVD´s, que únicamente sirven para acumular polvo en alguna estantería, o grandes informadores que han tenido que construirse un papel cómico para seguir ganándose la vida en la profesión siguen jornada tras jornada copando las retransmisiones y ocupando un lugar indigno en las tertulias futbolísticas.

Así, en cada retransmisión se vuelve a hacer hincapié en “el juego duro rojiblanco” a pesar de no estar entre los equipos de La Liga que más faltas cometen y, sin embargo, sí entre los más amonestados. También es ya recurrente el chascarrillo de “Atlético Aviación” cada vez que se va a botar un córner a favor. Da igual que el poderío aéreo lleve años desaparecido, lo importante es justificar que algo sabes, sobre todo de cara al espectador neutral.

Tras una derrota habrá un fin de ciclo, un entrenador que cobra demasiado y una afición que no sabe lo que es mejor para su Club y necesita homilías para volver a encontrar el camino de la verdad absoluta. Cuando hay victorias es por demerito de los rivales, una plantilla plagada de estrellas y, sí otra vez, un entrenador cuyo sueldo amenaza la estabilidad económica del Club. Traducción: Haga lo que haga hay que echarlo.

Mientras tanto hay una corriente rojiblanca que se ha cansado de los discursos mesiánicos de quienes, fuera del atrezzo y la música de Braveheart, no son nadie. Se han hartado de opiniones que nacen del tópico de quién la última vez que vio al Atlético de Madrid lo hizo en un derbi. No son pocos los que optan por buscar pequeños reductos, algunos casi amateurs, de información, opinión y, porque no decirlo, critica rojiblanca. Pero critica de la de verdad, con fundamento y contexto. Hay una frase bastante icónica que pronunció Groucho: “Estuve tan ocupado escribiendo la crítica que no tuve tiempo de sentarme a leer el libro.”  Y, amigos, nosotros ya hemos dicho adiós al camarote de los hermanos Marx.

Autor: Marcos Martín

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3 Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo con el artículo, el problema va más allá aún, es el problema del prejuicio, se monta un relato que sirve de prejuicio para el 99.9% de la población:
    «El ateti son guarros»
    «El atleti gana a balón parado»
    «El atleti mete goles de cabeza»
    «El Cholo quiere luchadores no talento» etc etc

    Ese mismo relato y prejuicio lo adoptan el 99.9% de los europeos, incluyendo árbitros, jugadores, entrenadores, directivos, aficionados etc

    Por ese motivo nos pitan como nos pitan en Europa y nos tratan como nos tratan, porque tinen la idea de que el atleti es como un equipo griego de los 80 que sólo sabe dar patadas y montar bronca pero de futbol nada de nada.

    Figuraos que el Aris de Salónica ahora llegase a dos finales de champions etc etc … en fin

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    • El relato puede ser el que el Ser Superior le indique a la Caverna o el que se invente ella misma, pero cuando dejamos el relato y nos pasamos a la historia, es decir, a los hechos acontecidos, la cosa cambia.

      El impresentable árbitro Clattenburg acaba de hacer unas declaraciones a un podcast brasileño, donde abiertamente se jacta de «su error» (lo pongo entre comillas porque ya dudo de que fuera un error) en la Final de Milán, solo que ahora se justifica diciendo que lo compensó con el penalti que le pitó al Atleti y además se alegró de que Griezmann lo fallase.
      Esto ya no es relato, son hechos acontecidos que sirvieron para quitar una Champions al Atleti en favor del equipo generador de relatos.

      Naturalmente lo anterior va a servir, además de carnaza para seguir fabricando chascarrillos, para tranquilizar las conciencias de los seguidores merengues que tenían esa espina clavada con aquel gol en fuera de juego de Ramos.

      Naturalmente también se les iban a quitar las ganas de hacer chascarrillos si la UEFA, en un arranque de valentía, les quitara esa Champions por las ayudas arbitrales recibidas de Clattenburg.

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  2. A los tres minutos, si, a los tres minutos, quité el sonido a la tele.
    Ya, cuando veo quienes son los comentaristas, me quedo con mi mujer viendo el partido sin sonido y hacemos nosotros todos los comentarios que antes no hacíamos por escuchar los que hacían ellos.
    Pero ya me aburren.
    Ahora hay una moda.
    Como hay una gran competencia con los que se han llevado parte de la clientela joven que tenían antes solo en la radio, empiezan a hacer el mismo tipo de programa que los de las redes.

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