El regalo de Oblak

El partido arrancó eléctrico, con una jugada en la que Correa por la derecha remató cruzado con el exterior, rechazó Aitor y la pelota cayó en el interior del área a Joao Félix que engatilló con la izquierda para que el balón se estrellase en la pierna de Cabaco dejando otro rechace a Saúl, que controló con una pisadita hacia adelante y fusiló casi en la línea del área pequeña, dirigiendo el disparo increíblemente alto. Era el segundo cuarenta y acababa de comenzar el dos mil veinte en el Metropolitano.

El Atleti no se frustró tras la ocasión fallada y dominó el partido tratando de jugarlo en terreno del Levante. Thomas y Herrera en el medio volcaban el juego por el costado derecho, donde Correa era el principal generador de peligro. Trippier doblaba, el Atleti insistía. Del trece al diecisiete sucedió todo: primero, un triángulo perfecto que inicia Thomas con un pase al costado derecho a la espalda de la defensa, ahí Trippier, sin dejarla caer pone un centro al área de interior y en el mismo tempo, sin que el balón toque el césped, Correa entra al remate y culmina un golazo a tres toques que inauguraba el año nuevo.

Apenas sin tiempo para celebrar, el Levante reaccionó en una jugada ensayada en la que Roger, su máximo goleador, disparó a la media vuelta dentro del área y batió a Oblak con la involuntaria colaboración de Morata, que desvió ligeramente la trayectoria del disparo. Volvían las tablas pero por poco tiempo porque de nuevo el Atleti, en un centro lateral de Lodi, encontró el gol en un cabezazo inverosímil de Felipe que puso de nuevo a los de Simeone en ventaja.

El resto del partido y, sobre todo, la segunda mitad, se resume con un guion conocido. El Atleti se instaló en el bloque bajo, dejó la pelota al rival y trató de definir el partido a la contra. Hubo mucha inconsistencia en el juego, poco peligro generado por el rival y bastantes ocasiones malogradas por Joao, Saúl, Morata y el propio Correa. Con la entrada de Vitolo las transiciones ganaron en vértigo y en peligro pero el partido siguió en ese peligroso terreno de la indefinición hasta que llegaron los minutos finales en los que, con la exigua ventaja, todo era posible. Ahí de nuevo volvió a mostrarse el mejor portero del mundo, primero en un remate trastabillado de Bhardi que mandó a córner y, sobre todo, en la última jugada del partido, cuando ya se había superado el tiempo añadido y un desajuste permitió un centro por la derecha que cayó al segundo palo, de nuevo Bardhi, entrando libre de marca, al borde del área pequeña, con una pelota llovidita que le permitía acomodar el cabezazo sin oposición ni prisa. Remató el jugador levantinista a bocajarro y el Metropolitano contuvo el aliento, viendo el empate llegar, viendo pasar todas y cada una de las ocasiones malogradas para sentenciar el partido, viendo como de nuevo caía sobre ellos la inexorable ley del fútbol que condena a quien perdona. Todo eso sucedió en el instante en el que el portero esloveno estiró su mano izquierda, a contrapié, y desbarató la fatídica ilusión con una parada al alcance sólo de unos pocos, al alcance tal vez sólo de él mismo.

Oblak ejerció de Rey Mago en la víspera, salvó al Atleti de su desesperante ineficacia anotadora y le proporcionó los tres primeros puntos del año que sirven para recuperar su posición natural y afrontar la Supercopa con el ánimo alto al saber que se sostiene arriba cuando tiene todavía todo por mejorar.

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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1 Comentario

  1. El comienzo del año no ha servido para corregir los defectos del 2019. De nuevo, la presión en el centro del campo deja espacios suficientes para que el Levante salga de ella con relativa facilidad a base de apoyos en corto, tal y como hicieron otros equipos como Alavés, Granada o Juventus.

    El otro defecto continuado es la eficacia en el gol. Hacer lo más difícil que es generar las ocasiones de gol y fallar lo más fácil que es materializarlas es un defecto que marca la diferencia entre un equipo que opta a títulos y otro que no.

    Hay que seguir mejorando, la cuestión es, si este equipo puede dar más de sí.
    Los más optimistas dirán que se puede, no en vano, existe un equipo que, por arte de magia, y tras quejarse de los árbitros, ha pasado de un mediocre comienzo de Liga y de Champions, a no perder un solo partido y colocarse en primera posición.

    Finalmente, en este año nuevo, otra felicitación al Atleti Femenino por su flamante fichaje, Deyna Castellanos, ojalá sirva para seguir subiendo el nivel.

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