No se puede entender el Atlético de Simeone sin la copa. De hecho, no se puede entender el Atlético de Madrid sin la copa. Precisamente esta competición fue la encargada de que el argentino aterrizara en los banquillos rojiblancos por una derrota ante un Albacete en Segunda B. La historia ha cambiado mucho y aunque es posible volver a caer en esta ronda ya nadie se lo plantea. El propio Diego Pablo en su llegada definió al club como “equipo copero”. Siempre hubo un idilio especial entre los colchoneros y la Copa del Rey.
También fue en la Copa dónde un año después el Atlético rompió un maleficio y ahuyentó a los fantasmas que aparecían cada noche de derbi. A partir de aquel título conseguido una noche de mayo en el Bernabéu los encuentros ante el eterno rival no son los mismos ni para el Real Madrid ni para el Atlético.
Hoy vuelve esta competición, y lo hace en un momento ideal para que el Atleti se encuentre a sí mismo tras una racha que no ha sido buena en cuanto a juego y ha dejado malas sensaciones. Enfrente un Elche hecho para ascender a Segunda, aunque sus opciones para eliminar a los de Simeone son mínimas por todo lo que rodea a esta competición. Por esto mismo, desde que la ganase en 2013 los colchoneros apenas han permitido ser sorprendidos. Su único lunar en el torneo y posiblemente en toda la trayectoria del técnico argentino sea la eliminación frente al Celta hace dos temporadas. Obviando esta, para eliminar al Atlético, la Copa se ha tenido que transformar en Champions para que Real Madrid y FC Barcelona aparezcan en el camino de los rojiblancos para apearlos en el camino hacia el título.
Esta temporada, la importancia de torneo es aún mayor. Frente al Elche, llega la oportunidad de los menos habituales, jugadores como Vietto, Torres, Vrsaljko, Augusto o Gaitán, así como los cinco chavales del filial que se han sumado a la primera eliminatoria copera (Toni Moya, Sergi, Keidi, Montoro y Ródenas). Todos tienen la oportunidad de convencer al Cholo y entrar en la dinámica del grupo, algo que necesita el Atlético después de un verano sin poder incorporar a nadie y de una serie de partidos dando una imagen realmente pobre, a pesar de que los resultados han podido ser peores. Lo cierto, es que la crisis que están teniendo los de Simeone no está siendo lo suficientemente aguda para descartarlos en cualquiera de los trofeos que disputa.
Por si fuera poco, la Copa puede ofrecerle al Atlético los partidos necesarios para que Diego Costa y Vitolo vayan entrando en el equipo para llegar al tramo decisivo de la temporada en una forma óptima sin arriesgar demasiado. Muchas son las razones que obligan a los rojiblancos a tomarse en serio el torneo pero la principal es que, habitualmente es el título más factible de lograr, sobre todo si los sorteos son benévolos como lo fueron en 2013 cuando el Atlético evitó enfrentarse a cualquiera de los dos máximos favoritos hasta la final. Neptuno pide una visita tras 3 años en soledad y qué mejor manera que hacerlo con una Copa para brindar.
