El sentimiento por encima del negocio

Una de las cosas más bonitas que tiene el fútbol es ver el campo lleno, esa inigualable sensación previa al partido cuando se ve la grada hasta la bandera de aficionados locales y visitantes apoyando a los suyos. Para el jugador, para los medios que lo cuentan, para todos es una motivación que haya color en la grada. De esta forma, cualquier encuentro se convierte en partidazo, independientemente de la categoría que sea. El público es quien de verdad te hace vibrar de emoción cuando todo va bien sobre el terreno de juego, y los que cuando el equipo está mal alientan hasta el último minuto. Suena bien, ¿verdad? Sin embargo, esto cada día es más difícil gracias a los encargados de poner los precios a las entradas, en la mayoría de ocasiones desorbitados.

Los números hablan por sí solos al respecto. Ver a tu equipo en directo se ha convertido en sinónimo de privilegio prácticamente. La Liga, con 53€ de media, es líder indiscutible en la clasificación de entradas más caras por delante de la Bundesliga (30), la Premier (44) o la Serie A italiana (48). Si recordáis, hace no mucho los aficionados del Dortmund se desplazaron hasta Stuttgart, donde llevaron a cabo una protesta por este tema con lanzamiento de pelotas de tenis al campo, lo que obligó a detener el encuentro. En Liverpool más de lo mismo, 10.000 aficionados de los reds abandonaron en el minuto 77 el partido ante el Sunderland como muestra de descontento por el aumento del precio de las entradas a 77 libras (112€) para la próxima temporada. Y ello a pesar de que siguen estando lejos de nuestro fútbol, donde se ha convertido en rutina ver al menos 6-8 estadios semi vacíos cada jornada. Si bien hay algunos clubes que parecen más sensibilizados, y gracias a los que ha subido este año un 7% la media de asistencia, es un dato engañoso ya que ese porcentaje lo soportan fundamentalmente muy pocos estadios.

En España hay equipos que sacan el listado de precios desde principio de temporada y otros que, por el contrario, no lo muestran hasta dos semanas antes del partido. Curiosamente, son estos últimos más “ventajistas” los que están vaciando las gradas. El Atlético de Madrid opta por la primera opción, una vez sorteados los encuentros de toda la temporada pone a disponibilidad los precios para todos los partidos de la temporada. Lo curioso es que muchas veces sale más barato ver partidos de Champions que de Liga. Buena muestra de ello son las eliminatorias de Champions que viene comparado con las visitas del Atlético ahora a Getafe o Concha, 50 y 70€ los precios respectivamente.
Que a nadie le extrañe, por tanto, que no se vendieran más de 100 entradas visitantes para ir al Coliseum Alfonso Pérez. O de que en el Bernabéu no vaya a haber una gran masa rojiblanca, como podría ocurrir sin duda alguna para apoyar a los de Simeone.

Yo desde aquí invito a que los clubes reflexionen con este tema. Qué prefieren, ¿llenar los campos a precios más razonables o vender entradas caras y que se pierda el ambiente y realmente haya sectores casi vacíos? El fútbol para los aficionados de verdad no es un negocio más, es particular y diferente. El fútbol lo viven los hinchas por sentimiento, no son clientes al uso como en cualquier otra empresa. Por ello debe existir un equilibrio que mantenga esta esencia viva en España. De lo contrario, el propio negocio se acabará rompiendo por no cuidar lo más profundo y ancestral de este deporte, la pasión y la afición.

Autor: Tania Martín

Seguridad bajo palos. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Siempre ligada al mundo del fútbol y las letras, hice un alto en el camino para introducirme en el mundo de la radio. Y aquí sigo, con papel, bolígrafo y un micrófono entre las manos. ¡Si se cree y se trabaja, se puede!

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3 Comentarios

  1. como no bajen mucho los precios, en La Peineta vamos a ser poquitos

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  2. tenemos los precios más caros que Alemania y Reino Unido y los salarios mucho más bajos.

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  3. Lo que tampoco puede ser, es que en los partidos de Champions League para un aficionado de a pie le cueste menos dinero que a un abonado la misma localidad

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