La pócima del Cholo para curar todos los males que atravesaba el club colchonero a principios de septiembre ha sido Oblak. Desde que el esloveno se enchufó en liga, nadie ha podido meterles un gol. Este año estaba siendo la temporada que más tantos había encajando el Atlético y, de un plumazo, el portero ha devuelto la normalidad a base de paradones e intervenciones precisas.
Esta mejoría ha supuesto sumar 7 puntos de 9 posibles. Esta solidez bajo palos ha provocado que los rojiblancos se aúpen hasta la zona noble y se queden a sólo 2 puntos del líder. Hasta el partido ante el Eibar, los colchoneros recibían goles con bastante facilidad, de hecho, estaba siendo uno de los meses más negros para el guardameta desde que fichó por el Atlético de Madrid: con un porcentaje de un gol por partido encajado, algo nunca visto.
Imagino que tras el empate de Borja Garcés, Oblak llegó al vestuario, tiró los guantes al suelo y decidió cambiar esto. Porque desde ahí, 15 de septiembre, nadie ha perforado su meta. Ya es el Zamora de la liga, con un coeficiente de 0,57 goles encajados por partido y ha dejado en 4 ocasiones la portería a cero (tres de ellos consecutivos): Rayo Vallecano, Getafe, Huesca y Real Madrid.
Esta buena racha puede prologarse porque el domingo el Atlético se enfrenta al Real Betis, un equipo que no se le da nada mal a Oblak. El cancerbero ha disputado 6 encuentros contra los verdiblancos, en 4 partidos no ha recibido goles y sólo ha encajado 2 tantos (en una victoria 5-1 y un empate en el Villamarín 1-1). Atrás quedan las dudas que existían a principio de temporada y ahora sólo se puede perforar la portería del Atleti si es un misil imposible como el de Danjuma en Champions.
Parada a parada se va consolidando un muro de época, porque los datos de Oblak como rojiblanco están haciendo historia. Si se toma un respiro el equipo lo nota y cuando se agranda asusta a todo un Santiago Bernabéu. Que le pregunten a Asensio en el derbi. Además, el esloveno es tan importante que si él está enchufado, el resto de compañeros se vienen arriba, como si fuera un huracán. Porque el Atleti tiene una columna vertebral que va desde el portero hasta Griezmann y si falla alguno… la cosa se complica.
El ‘Oblakismo‘ debería convertirse en otra religión para los que sufrimos cada domingo con la zamarra rojiblanca puesta. No hay nada más bonito que saber que tu portero aparecerá, porque Oblak es como un Dios que resurge de la nada cuando todo está perdido, que mantiene la calma cuando el descontrol se acerca y que aleja el peligro a base de puñetazos al balón. Él se sacrifica por sus compañeros, ordena desde atrás y mantiene a todos a raya cuando se dejan llevar por la pasividad. Señores, Oblak es el mejor del mundo y ya está al nivel de siempre. Ahora, a por el Betis.
Foto: Rubén de la Fuente
5 octubre, 2018
Oblak es un portero extraordinario, sin embargo, para los que manejan el negocio del fútbol, no merece ni estar nominado entre los cinco mejores porteros del mundo, asi declaran «the best» a Courtois, si, este muchacho que cuando militaba en el Atleti, tras ganar una Liga y ser el portero menos goleado no mereció tampoco el galardón.
A lo mejor, los que no sabemos de fútbol somos los seguidores del Atleti.