Era difícil pero lo ha conseguido: el portero esloveno ha hecho olvidar a uno de los guardametas que deleitó a la grada rojiblanca durante tres años. Se fue el gran Courtois y llegaba un desconocido que había sido titular en el Benfica por casualidad.
Cuando el Atleti pagó 16 millones todo el mundo se llevó las manos a la cabeza por el alto coste de un jugador que apenas había tenido repercusión a nivel internacional. Bien es cierto que llevó al equipo portugués a la final de la Europa League pero su precio parecía cuanto menos desorbitado.
Antes, Courtois había dejado con la miel en los labios a los fieles colchoneros pero Mourinho se encargó de que no fuera así.
Por ello la dirección deportiva apostó por un chaval de 21 años con un futuro prometedor. La tarea no era fácil pero Simeone decidió darle la responsabilidad de defender la portería del Atleti. Fue hasta un partido horroroso en Grecia donde las miradas se centraron en él. Tuvo la culpa, sí, pero no toda.
A partir de ahí el portero más caro de la Liga se sentaba en el banquillo hasta que la Champions le dio otra oportunidad. Eran los octavos de final de la máxima competición continental y el esloveno salía al campo para reivindicarse y qué mejor manera de hacerlo que en la tanda de penaltis.
Los números demuestran que el 13 no tiene rival. Oblak ha dejado su portería a cero en 14 partidos. Apenas ha encajado 11 goles en los 23 partidos de Liga que ha disputado hasta el momento.
Ahora y después de un año y medio Oblak es indiscutible para Simeone y la afición y seguirá hasta 2021, si él y alguien más quiere. Por eso la hinchada canta con orgullo eso de «Obi, Oblak, cada día te quiero más…»
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