Días antes del partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones empezó a circular por las redes sociales un vídeo de un patio de colegio donde un grupo de niños hacían una piña cantando el himno del Atleti, algo que todos vimos llenos de gozo entiendo el gran orgullo de ser del Atleti, porque en ese vídeo se resume sin palabras y a la perfección lo que es ser del Atleti.
Depende del año en que hayas nacido en tu clase había más o menos del Atleti, si ibas al cole en los 70 estaba bastante igualada la cosa, en los ochenta la balanza ya empezaba a desequilibrarse hacia el lado madridista y si te tocó el cole en los 2000 es probable que fueses de los pocos del Atleti en tu clase, pero siempre habría un hombro rojiblanco amigo con el que hacer piña y cantar ese himno.
En mi clase de 36, eramos siete atléticos y recuerdo como las semanas de derbi, el tradicional partidillo del recreo, que normalmente se jugaba pares contra impares, era colchoneros contra merengues, algo que elevaba esos 15 minutos de juego a algo más que un simple partido. Al ser menos, nos costaba más hacer un equipo competitivo y aunque nos dejábamos la vida como si fuésemos los mismos jugadores del Atleti recuerdo que perdíamos más veces que ganábamos, pero independientemente de cual fuese el resultado, al final del partido los del Madrid se desperdigaban hacía la fila de vuelta a clase y nosotros orgullosos nos juntábamos para cantar nuestro himno.
Un himno de hermanamiento, un himno que une a niños en patios de colegio y a mayores en cualquier punto, sino probadlo alguna vez, yo lo he hecho muchas veces y en muchas ciudades diferentes, siempre por culpa del alcohol, cantad el himno del Atleti una noche en medio de una calle concurrida y ya veréis como alguien, sin conoceros de nada, se animará a entonarlo con vosotros, porque aunque nos hagamos mayores, siempre seremos los Reyes del recreo.
3 mayo, 2016
Recuerdo mi época estudiantil, allá por mediados de los noventa. En el «Insti» (como se decía antes), en que de treinta y tantos eramos cuatro o cinco del Glorioso, los demás vikingos y demás descastados. Pues los cinco cuando nos poníamos en unos de los talleres a cantar el Himno del Aleti o el del Frente no había quien nos callara. Más de una vez subieron de Dirección a ver que pasaba, y menos mal que el Director era de los nuestros.
Joder que tiempos aquellos…..
3 mayo, 2016
Fui a EGB en los 70, la verdad es que en mi clase no éramos muchos, aunque en minoría pero siempre bien avenidos. Abundaban los madridistas dándonos caña, con sus copas de Europa con su bla, bla, bla. De todas formas jamás lograron doblegarnos y a alguno le atrajimos a nuestro redil, ya sabéis el atlético es combativo por definición.
En días como hoy, velando armas para pasar a la final de la Champions, todavía me veo en el recreo del Cole con la rojiblanca numero 7 a la espalda, el numero de José Armando Ufarte Ventoso, AUPA ATLETI a por el Bayern¡¡¡¡¡¡¡