Los bocazas del Atleti

Los bocazas del Atleti somos mucho de ladrar y poco de morder. A los bocazas del Atleti se nos ve rápido el plumero cuando vienen mal dadas. Los bocazas del Atleti somos ese nauseabundo personaje de Torrente sacando pecho cuando el equipo gana y deshaciéndonos de la bufanda en una alcantarilla cuando hay que dar la cara. Los bocazas del Atleti nos reproducimos como setas con el viento a favor y no conocemos las lluvias torrenciales con sus inundaciones en Segunda ni lo que es una larga temporada de sequía bajo el sol abrasador en mitad de la tabla. Los bocazas del Atleti protestamos mucho cuando Gil y Cerezo se apropiaron el club para convertirlo en su cortijo sin poner un duro, pero no fuimos capaces de frenarles a tiempo, ni de plantarles cara después. A los bocazas del Atleti se nos engaña fácil con una campaña efectista de una buena empresa de publicidad porque somos gente predispuesta al enamoramiento, a la utopía, a la revolución y a los milagros del rock and roll.

Los bocazas del Atleti somos capaces de pagar diez euros por ver un entrenamiento y tragar a dos carrillos con un cambio de escudo que es como cambiarte el corazón; con un cambio de casa, que es como un desahucio en tu propia cara. Los bocazas del Atleti nos indignamos porque nos dicen que el Cholo cobra mucho sin caer en la cuenta de que ni con todo el oro del mundo se puede pagar lo que ha hecho por nuestro equipo.

A los bocazas del Atleti se nos llena la boca de millones cuando es lo que siempre hemos criticado de las dos multinacionales del duopolio futbolístico. A los bocazas del Atleti se nos reconoce rápido porque despreciamos por un mal partido o una temporada complicada a cualquiera de nuestros futbolistas comprometidos. Sin respetar que sean de la casa, sin tener en cuenta el verdadero rendimiento de los que, aun siendo leyendas, siguen batiéndose el cobre y sumando mucho al equipo.

A los bocazas del Atleti se nos localiza rápido. Hablamos mucho de cultura y de sentimiento y de valores y de historia pero somos incapaces de poner unos euros en un proyecto periodístico rojiblanco. A los bocazas del Atleti nos pierde consumir mierda envuelta en información deportiva. Y luego quejarnos mucho. Así somos los bocazas. También se nos cala rápido a los bocazas del Atleti porque alardeamos de lo que se canta y se baila en nuestro estadio y cuando vamos no dejamos de criticar a los que de verdad cantan y bailan sin descanso. Se nos ve a la legua a los bocazas del Atleti cuando ponemos sobre la mesa lo de que somos la mejor afición de España y luego nos borramos porque hace frío, porque el horario es malo, porque el partido está resuelto o porque el rival no merece nuestra presencia. Ni siquiera nuestro equipo. Así somos los bocazas del Atleti, unos clásicos, los que no nos cansamos de repartir carnés y de explicarle al prójimo lo que hay que hacer. Porque los bocazas del Atleti aún no conocemos la diferencia entre ser del Atleti y estar con el Atleti, entre vivir en rojiblanco y diafrazarse a la rojiblanca moda.

Los bocazas del Atleti somos un clásico. Nos gusta tocar las pelotas. También a los que se creen que son de los nuestros.

Aúpa Atleti.
Siempre.

 

Foto: clubatleticodemadrid.com

 

Autor: Santi Riesco

Adicto al Atleti. Exageradamente. Periodista. Vaqueiro d'alzada. Creyente. La persona es lo primero. Pérez de segundo. ¿He dicho lo del Atleti? Desde el 2005 hago el indio en un blog donde publico reflexiones, dimes y diretes sobre el Glorioso desde el primer anfiteatro del fondo sur. O por ahí.

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