A priori es el rival más comodo de un grupo donde ya hemos derrotado a PSV y Bayern, pero no va a ser un partido fácil y no se trata de cubrirse las espaldas como suelen hacer los entrenadores en las ruedas de prensa, sino que además del frío, ese que a Rusia, le ha servido para ganar muchas guerras, el Rostov es un buen bloque. Ya sufrimos hace poco en Astana, aunque eso era más Asia que Europa, lo que es viajar a tierras soviéticas, e incluso este Rostov es mejor que aquel equipo de esa ciudad tan moderna del país de nuestro patrocinador.
Sin grandes nombres, ni estrellas rimbombantes, el Rostov es un bloque, un equipo parecido al Atleti en lo que a esencia se refiere: rudo, molesto, de los que te hacen los partidos feos, en definitiva, un equipo que con sus limitaciones, compite muy bien. Su baza es regalarnos la pelota y empezar a presionar ya en su campo buscando la contra, que es su arma más peligrosa, en un estadio de gradas típicamente soviéticas y público apasionado que aporta calor en el clima gélido.
Aunque su principal arma es el balón parado, tienen muchos jugadores altos con fortaleza aérea, de ahí que Fernando Torres vaya a ser titular en detrimento de Gameiro, ya que el ariete de Fuenlabrada, además de sus capacidades ofensivas, es el delantero que más aporta defendiendo el juego aéreo.