Los mensajes de Almazán

La primera ronda de la Copa del Rey para el Atlético de Madrid trajo un partido curioso, digamos bonito, el comienzo de una ilusión renovada, la de ganar un torneo que está en el ADN de este club y esta afición, pero más allá del fútbol, más allá del resultado, anecdótico, de la clasificación, casi obligatoria, la noche de Almazán, que fue la noche de Soria, la noche de los Pajaritos, trajo un montón de mensajes.

El primero, el de la afición. La que nunca suele fallar y que también en las últimas andaba a la gresca, dio un mensaje bien rotundo. Su equipo venía de caer derrotado en Mallorca, de salir de las posiciones de Champions, la Liga perdida, Europa perdida y justo en ese momento, se desplazaron a Soria miles de incondicionales para un partido ante un equipo de pueblo, para dejar bien claro que el fútbol no les interesa, les interesa el Atlético de Madrid. Allí, gritaron su amor incondicional, gritaron por su escudo, que no es el que han puesto en la camiseta, por sus colores, que se los están torciendo, gritaron de nuevo al unísono por el verdadero líder: Diego Pablo Simeone y gritaron también en contra de una directiva a la que los éxitos no van a eximir de la culpa. La afición dio un mensaje que era toda una lección. Imposible no tomarla.

El segundo gran mensaje lo dio Diego Pablo Simeone, que puso un once con seis, después llegaron a ser siete, jugadores que se marchaban al día siguiente a disputar un Mundial. Simeone dejó claro a todo el mundo que no hay nada más importante que el Atlético de Madrid, que ningún partido, ni siquiera uno ante el Almazán, un rival de la quinta categoría del fútbol español, debe ser infravalorado. Ustedes nos trajeron hasta aquí, ustedes van a trabajar el barro, van a darse cuenta de que esta es la única competición que nos queda y la queremos ganar desde el primer minuto hasta el último. No importa el Mundial ni importa nada que no sea el Atlético de Madrid. Joao, todos los minutos. Griezmann, todos los minutos. Giménez, que parecía autodescartado, media parte. Y así uno por uno todos pagaron su culpa sabiendo a lo que se arriesgan, y sabiendo también lo que les espera.

El último gran mensaje lo dieron los futbolistas, algunos para bien, otros para regular. Destacaré por encima de todos el de Griezmann. Un campeón del mundo, el capitán de una de las selecciones aspirantes y jugó frente al Almazán como si la vida le fuera en ello. Corrió, subió, bajó, metió la pierna, fue abajo, como si no estuviera convocado para ir al Mundial, como si no hubiese el riesgo de perdérselo en un lance desafortunado. Griezmann, campeón del Mundo, le lanzó un mensaje muy claro a sus compañeros. Ese ese el único camino, el de la entrega, el del compromiso, el de no guardarse nada, darlo todo sin importar quien está en frente, o quién está al lado. Dejar de mirarse en uno mismo porque esto no va sobre uno mismo, va sobre todos.

Y, por último, estuvo el mensaje del fútbol, de lo bonito que es cuando se aleja del negocio, cuando se enfrentan las estrellas ante los aficionados y se observa que pueden suceder cosas que parecen impensables, cuando la ilusión de un pueblo se desborda por vivir un acontecimiento histórico. El Atleti ganó, claro que ganó, dos a cero, con goles de Correa y Joao. Pudieron ser muchos más, pero no fueron, y está bien así, porque tampoco el Almazán, un dechado de pundonor, de raza, de orgullo, merecía una humillación, una derrota abultada. Fue un canto al fútbol, a sus orígenes, a lo que siempre fue y nunca debería dejar de ser. Una competición como ninguna otra que el Atleti tiene que luchar, porque no le ha quedado otra, pero también porque es la mejor, la que nos enseña más cosas, la que por momentos nos hace olvidarnos que esto no sólo va de dinero.

Foto: atleticodemadrid.com

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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6 Comentarios

  1. Yo no creo que el Cholo, haya dado muchos mensajes positivos; creo que ha menos preciado a los canteranos. Uno de ellos calentó durante mucho tiempo, para no jugar ni un minuto.
    En cuanto a lo que el mundial es lo de menos, no estóy en aabsoluto de acuerdo, y sino pregúnteselo al profe Ortega.
    Otra cosa que me preocupa, es que caa vez, más jugadores de nuestro equipo pierden ser internacionales. No es posible que jugadores como Lemar, campeón del mundo, Correa campeón de la copa américa, o Cuña campeón olímpico se queden en casa. A otros como Saúl o Felipe, ya hace tiempo que dejaron de contar para sus selecciones.

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      • Para largo, ya llegas tu. Los cortitos como tu dices, opinamos y respetamos la opinión de los demás, aunque no la compartamos. A ver si aprendes algo.

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        • De ti se aprende a no ser como tú. De todo se aprende, cierto es.

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    • A ver si aprendemos a leer. Pineda no dice que el Mundial, como tal no importe, lo que quiere señalar es que antes de ir al Mundial los jugadores se deben al completo al Atletico. Que si hay que meter la pierna con el riesgo de no ir al Mundial, se mete.
      En cuanto a Ortega hay varias cosas que hay que entender.
      La primera es que ya lleva con la selección uruguaya desde el año pasado y que ahora se va igual que cualquier jugador. Lleva cerca de 13 años en el club y tiene la oportunidad de ir con su país a un Mundial. Puede que esté con su selección dos o tres semanas, a no ser que eliminen a España o a Brasil en los cruces de octavos.
      Ir con tu país a una Olimpiada o a un Mundial es una oportunidad única y encima se lo merece.

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  2. A ver, lo primero que debemos valorar es que estos partidos donde existe tantas diferencias de categorías, es que solo tienen de “oficial” el de que sea un partido de la Copa del Rey.
    Luego, sí a veces ni siquiera sabemos en que categoría milita el rival, difícilmente podemos tener en cuenta el partido que se juega.
    Por eso es entrañable que se desplazaran mas de 1.000 aficionados del Atletico a ver ese partido. Y eso lo entendieron el entrenador y la mayoría de jugadores al terminar el partido, acercándose hasta su ubicación para responder con un aplauso a esos aficionados. Menos el de siempre, que hizo mutis por el foro.
    Luego está el equipo. El partido se lo tomó como un “entrenamiento”, pero en serio. Por eso Simeone sacó el equipo casi titular. Seriedad por encima de todo.
    El partido no merece que se haga una critica sobre el, ya que la diferencia de categorías era tal, que es imposible valorar la realidad del partido, mas cuando esta diferencia era tan visible.
    Y en esto hubo jugadores, que hasta cómo en los entrenamientos, se emplean a fondo y otros que solo entrenan. Y para mí, eso fue el partido.

    Otro que estuvo en su sitio fue el arbitro. Interpretó el partido como requería la situación. Sabía que para los jugadores del Almazán era, quizás, el partido de su vida y ya de entrada, con buen criterio, sacó la primera tarjeta en prevención de que las entradas a destiempo, se convirtieran en rutinarias. Había seis y luego siete jugadores en el campo que había que proteger y a mí me parece muy bien. Lastima que muchos de sus colegas no hayan hecho esto con los que se han hartados de dar patadas a Joao.
    Lo mismo es que la RFEF a los que han arbitrados estos partidos, les ha mandado una “circular”. Ya que muchos de los que a partir de hoy están en la selección, jugaban ayer y hoy Copa.

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