Escrito Por José Luis Pineda on Mar 14, 2023 | 4 Comentarios

Lo decía Simeone con retranca al acabar el partido frente al Girona. Ahora que el Barcelona, que tanto criticó el unocerismo, repite cada semana este resultado, parece que los otros están haciendo un enfoque diferente sobre el mismo resultado. Cosas veredes amigo sancho. Lo cierto es que es bonito ganar uno a cero porque es bonito ganar, que al cabo es casi lo único que importa aquí. El Atleti lo volvió a hacer en Montilivi, un campo que se le atragantaba y lo hizo como tantas otras veces atrás, de una manera que algunos ya criticaban cuando, hastiados de victorias, habían perdido el sentido del verdadero valor de un triunfo. Ganar cuesta y ganar es lo más grande que hay. Ahora lo estamos recordando de nuevo, a ver cuánto nos dura.

El Girona fue un rival incómodo, que apretó muchísimo al Atleti mientras el físico le dio y que galopaba desbocado a los espacios tratando de hacer daño, casi siempre comandado por un canterano rojiblanco, Roro Riquelme, que hizo un buen partido. El Atleti se vio intimidado en los compases iniciales pero después, gracias a la experiencia y el buen hacer de Griezmann, fue tomando las riendas del partido. Tuvo sus momentos, mediada la primera parte y en el primer tramo de la segunda, donde le faltó contundencia en el área para definir el partido. En el sesenta Simeone introdujo el refresco ofensivo, entraron Morata, De Paul y Correa a sustituir a Depay, Lemar y Llorente pero en esta ocasión aquello no fue un revulsivo, sino más bien un acicate para el Girona que encontró ahí su momento del partido.

Con los nuevos reacomodándose al escenario, el Girona dio varios coletazos que en otro tiempo hubieran dado con un partido cuesta arriba. Pero estaba Oblak, que realizó varias intervenciones de mérito, especialmente un paradón soberbio a otro tiro similar de David López casi desde el centro del campo. El portero sostuvo al equipo cuando tenía que hacerlo y en los últimos minutos el Atleti tuvo la fe de creer que todavía podía ganar. Ya en el tiempo de descuento, a la salida de un córner botado por Griezmann, Morata empujó en el segundo palo. Por supuesto ante la duda el línea anuló, pero el VAR le emendó la plana y el gol subió al marcador.

Fueron doce minutos de prolongación en los que los de Simeone no recibieron un solo uy. Tomaron el control de la pelota, jugaron esa fase con la experiencia necesaria para no dejar escapar un triunfo que es oro para la clasificación y para prolongar esta excelsa racha post mundialista.

Foto: atleticodemadrid.com