Incordiar y molestar

Suenan tambores de derbi en la capital de España y la semana que entra será apasionante en Madrid. Un derbi que desde la llegada de Simeone ha recuperado parte de la vitalidad que este partido históricamente tenía entre los madrileños. La otra parte ha muerto para siempre, víctima de los elevados precios, el PPV, la prensa bipartidista y la desmedida represión policial a los diferentes focos de animación. No le den más vueltas: un derbi sin desplazamiento masivo de la afición rival al campo del eterno rival no es un derbi puro.

Pero hablemos del partido, y por supuesto de nuestra visión del choque y con disimulo ignoremos los sentimientos del rival. Para nosotros el derbi en el Calderón es una fecha marcada a fuego, es el momento que tenemos al enemigo en nuestro territorio y podemos desquitarnos del resto de días del año, en los que los atléticos tenemos que convivir con ese monstruo deforme que han creado parte de la prensa deportiva y el señor que dirige los designios de ACS.

Es la batalla en la que los elementos externos desaparecen y la desigualdad económica, últimamente algo más igualada, se nivela al calor de las gradas del Calderón. Es ese punto la masa social del Club de la ribera del Manzanares se regodea en el papel que su equipo tiene en la primera división y que no es otro que el de molestar e incordiar.

Reconozco que a mí ese papel me encanta. Me encuentro como el típico «cabroncete» de barrio que entra en un bullicioso bar, lleno de gente hablando a voces y bebiendo sin parar a deshoras. Entonces entras te apoyas en la barra y pides un «cola cao», notas como la gente se aparta de ti y comienza un incómodo y gracioso silencio, alguno te saluda «rosqueramente», otros hacen mutis por el foro… en fin, ya saben: molestar e incordiar.

Nos hemos convertido en contrapoder, hemos roto el orden establecido y estamos enseñando a otros un posible camino a otros, Sevilla, Villareal… Ya no somos graciosos e incluso molestamos a aficionados de otros equipos, valga como ejemplo un curioso artículo publicado recientemente en Jot Down por un periodista gallego aficionado al Depor. En este artículo se atacaba al Atleti como si del mismo Celta se tratase, claro síntoma de que estamos en el buen camino, mejor despertar odios y envidias que ser graciosos y dar pena.

Esta semana nos venderán que podemos perder y quedarnos a nueve puntos, que Carrasco interesa al PSG, que Godín se irá al Olimpique o que Saul rezará en la Gran Mezquita de Estambul con los colores del Galatasaray, pero en serio, no se enfaden, disfruten de nuestro papel, no hay nada más bonito en este circo que incordiar y molestar.

 

Foto: elmundo.es

 

 

Autor: Antonio Olalla

Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Empecé en deportes pero por suerte cambié a otro tipo de periodismo, aunque siempre mirando de reojo al Atleti. Madrileño de nacimiento Morañego por convicción.

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1 Comentario

  1. El Atleti ni incordia ni molesta en este engendro actual que es el fútbol, de lo contrario tendría en sus vitrinas dos Champions League que volaron por «Real» Decreto.

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