Aunque en 2019 vayamos a ver dos temporadas, de momento sólo podemos hacernos una idea de lo que nos deparará una de ellas, que además, a priori, tendrá más relación con la segunda mitad de 2018 que con lo que venga en la segunda mitad de 2019. Mirar al futuro sólo lo podemos traducir en hacer suposiciones mediante lo que hemos vivido en el pasado más reciente y tratándose del Atlético, a pesar de las certezas que aporta Simeone, a día de hoy no hay más que incertidumbres de cara al nuevo año.
Y eso que la entrada será mejor que la de hace 365 días ya que en esta ocasión el equipo se mantiene vivo en Champions a pesar de que el rival de octavos no invite al optimismo, pero bueno, ya es más que el año pasado en el que el futuro en lugar de una visita a Turín deparaba un trámite en Copenhague. En cualquier caso, parece imprescindible pedir como propósito de año nuevo que las lesiones cesen si es que se quiere tener alguna opción de pasar a cuartos, o al menos, que Diego Costa llegue a tiempo. Con eso me daría por satisfecho. Si además hay cuatro defensas sanos para que Saúl pueda jugar cerca del área en su territorio favorito, el de la Copa de Europa, sobrarían razones para ser optimista pese a lo que vemos del Atleti semana tras semana.
La Liga parece mucho más a tiro, con menos puntos que el curso pasado, el liderato está más cerca, aunque al ver un partido de Messi con el Barça no sólo entren ganas de que se acabe la Liga sino que además, emerge el deseo de que pase una década de golpe. Aceptaríamos el peaje de hacernos más viejos a cambio de que llegase si no la jubilación, un bajón real en el rendimiento del argentino que año tras año lleva a los rivales a la frustración de ver que los blaugranas no son el mismo equipo que antes y que sin embargo eso da igual para ser un reloj cada fin de semana.
En Copa queda una ronda menos que el año pasado ya que el partido frente al Lleida se disputó una vez estrenado el año, con la ilusión del regreso de Costa y el estreno de Vitolo. Puedo recordar que tenía ante ese partido la misma ilusión que la noche de Reyes con cinco años. Un torneo que siempre ilusiona en esta parroquia pero cuya meta depende en gran medida de los sorteos con los que te vayas encontrando. De momento se puede decir Girona y poco más. Para el resto habrá que esperar.
Al final, las previsiones vienen siendo similares a las de los últimos siete años, los que Diego Pablo Simeone lleva en el banquillo. Desde que está el Cholo, siempre se ha afrontado el nuevo año con la vista puesta en tres competiciones. Seguramente, si al argentino le dijeran tras las campanadas que la plantilla de la que dispone son los 20 chavales del juvenil (algo que visto los acontecimientos tampoco se puede descartar), acabaría la temporada cumpliendo los objetivos de la misma manera.
Año nuevo, vida nueva. Eso dicen. No queremos cambiar nuestra vida demasiado, en realidad nos conformamos con ver síntomas del equipo que se vio en la primera mitad del 2018 donde ver el Atleti cada semana era bastante más agradable que verlo en estos últimos compases del año.
Por último, sabemos con que plantilla se acabará el año pero no está claro con cual la empezará. Entre renovaciones atascadas, descontentos inmaduros y caprichos de la edad lo único que podemos desear en el nuevo año es que esté quien quiera estar y sea consciente del privilegio que es el Atleti actual porque los que llevamos toda nuestra vida siguiendo al club sabemos lo que nos ha costado llegar a lo que se es en este inicio de 2019.
Foto: Rubén de la Fuente
