El triunfo del orgullo

El Atleti necesitaba saber qué se escondía detrás de un empate, detrás de un mal día de Suárez, de un día sin sus goles, detrás de tanta cábala y tanta calculadora afinada por los otros. Detrás del ruido mediático que barrunta desgracias para intentar atraerlas. Necesitaba mirarse a ese espejo, así, desnudo por las bajas, para sacar el orgullo que se necesita para conquistar el éxito. El orgullo, ese intangible que sólo se puede observar en situaciones como ésta y que aparece en un desdoble de Carrasco, en el desmarque de Correa, en un repliegue de Saúl, en otra carrera de Koke. El orgullo, imposible de asir, pero elemento vital para el engranaje de un equipo que quiere ser campeón.

El Granada fue un rival duro, difícil, también colmado por las bajas. El Atleti lo enfrentó con Kondogbia en el medio, repitiendo su buena segunda mitad ante el Celta, y después ese dibujo que más se parece a una formación diamante en plena batalla: los tres centrales, Carrasco y Saúl, Koke y Llorente, Suárez y Correa. Un equipo plagado de variantes, donde los jugadores permutan posiciones sin que la columna se altere. El dominio fue extenso y sólo la imprecisión de Suárez frente al gol dio con el empate en el descanso. En la segunda mitad, un solo cambio y toda la formación reacomodada. Vrsaljko salió por Kondogbia y eso modificó el planteamiento. Carrasco pasó a la izquierda, Saúl al medio y, lo más determinante de todo, Llorente adelantó su posición.

Por ahí llegaron los dos goles con los que el Atlético de Madrid ganó el partido. El primero, con Llorente haciendo la diagonal hacia dentro, acomodando el disparo desde la frontal con un zurdazo inapelable a la base del palo. Tres minutos más tarde, Yangel Herrera recogía un mal despeje en el área y con el rebote en el cuerpo del propio Llorente restablecía el empate en el marcador. El Atleti volvió al guion anterior, cero a cero, uno a uno, tanto daba. Lo intentó con Carrasco que hacía la banda larga, pero sobre todo con la exuberancia de Llorente por la derecha, con paciencia, sin mirar al banquillo porque, con la baja de Vitolo de última hora, no había siquiera tenido hombres para completar la convocatoria, en la que ya había dos chicos del filial.

Una internada de Llorente al área y un pase atrás para Correa, que con un recorte sobre la derecha engatilló un disparo que fue gol con la ayuda de la defensa, que también desvió la trayectoria, generando una curva imposible para Silva. Se ponían por delante los de Simeone a falta de 15 minutos para el final, y era el momento de sacar el orgullo, de resistir, de no repetir lo del Celta. De agarrar los tres puntos de la manera que fuera, para seguir sumando, esperar a los heridos, silenciar el ruido. Lo hizo así, sin cambios, con los mismos que estaban. Suárez pudo hacer el tercero en un mano a mano sobre la hora, pero no era el día del uruguayo y está bien que así fuera, porque el Atleti necesitaba demostrar que puede sobrevivir también sin sus goles. Necesitaba que todos lo sintieran, aunque no pudieran verlo: el orgullo de un campeón.

Foto: Getty Images

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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3 Comentarios

  1. Lo que señala Ben es muy cierto.
    A Mateu le gusta ser protagonista. Quiere y pita con un reglamento distinto, pretende dialogar y lo que hace es parar los partidos. Hubo faltas ayer del Granada que fueron mas amarillas que las que sacó al Atletico, pero nos endosó cinco tarjetas, un arbitro que se le supone que permite el contacto y lleva su reglamento «inglés» hasta el ultimo extremo.
    No me gusta que cuando saca de puerta el porteo rival, él le esté dando la espalda. Eso lo hace siempre cuando pita al Atletico, no lo hace con otros partidos. Observenlo.
    En cuanto al partido, se salió con la idea de dominarlo y se jugó para ello. Cada día el fondo de armario es menor y se tienen que jugar los 90 minutos con pocos cambios. Pero Simeone sabe mover jugadores en el campo y eso lo compensa. A eso se le llama entrenador.

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  2. No seáis mal pensados, cualquiera diría que hay intención de cargar de tarjetas a los jugadores del Atleti para ver si cae alguna suspensión.

    ¡Ni que fuéramos a jugar pronto contra el real madrid!

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