Fiesta de año nuevo

Empezaba un año nuevo en el Metropolitano y lo hacía de una manera triste, sin la gente. El fútbol sin la gente no es nada, por más que pinten muñequitos en las gradas y pongan sonidos enlatados, y habría que ahondar en eso, en cada texto, en cada crónica, aunque ahora en esta vayamos a tratar de contar lo que sucedió en el césped, porque de alguna manera mantiene viva la pasión en la distancia. Hay pasiones que no atienden a razones, ni a lugares, ni siquiera a la propia ausencia, como está demostrando este fútbol de laboratorio sin su gente.

El caso es que venía el Granada al Metropolitano para estrenar el año y el Atleti proclamó la fiesta de año nuevo. Fue un partido excelso, desbordante de fútbol ofensivo, de aquella añeja y asfixiante presión tras pérdida, de goles preciosos, de reencuentros, de bautismos para el recuerdo. Simeone puso todo para el ataque, con Correa, Carrasco, Joao y Costa en el once, Koke y Saúl al doble pivote y de ahí emergió un torrente de toque y pelota, de verticalidad, que abrumó al Granada y ya en el minuto nueve lo puso por detrás. Estrenó el tanteo Costa, con un cabezazo de rabia picada al centro de Correa. El gol desató al hispanobrasileño que parecía reivindicarse: tiraba diagonales, aguantaba de espaldas, como si la llegada de Suárez fuese la espoleta que necesitaba para mostrarle al mundo que todavía no ha dicho su última palabra.

Poco después Joao, el gran protagonista del partido, provocó un penalti por pisotón de Duarte. Saúl malogró la pena máxima por enésima vez y eso desinfló el arranque del Atleti, el partido entró en zona pantanosa y ahí el Granada empezó a crecer hasta el punto que pudo empatar en un remate de Díaz tras balón parado en el que Oblak no perdió el tipo. Al son de Joao, fue reconstruyéndose el Atleti de nuevo y acabó la primera parte como empezó la segunda, dominando, sometiendo al rival de tal manera que no podía hacer otra cosa que achicar agua encerrado en su campo.

En la primera jugada tras el entretiempo Joao mandó una pelota medida a Correa que, entrando por la derecha hizo el gol de la tranquilidad. Sin la presión del resultado, el Atleti se gustó. Joao estaba omnipresente en la mediapunta canalizando todo el vendaval ofensivo rojiblanco. Mostró detalles de todo tipo, sombreros, recortes, paredes al toque, conducciones precisas. Recibía el portugués y se aclaraba la jugada, una maravilla verlo en acción. Para culminar su partido hizo un gol soberbio, el tercero. Diego Costa dejó pasar y el menino amagó para disparar con la izquierda dentro del área y con un toque sutil regateó a Vallejo que quedó sentado en el suelo, para fusilar a Rui Silva con su pierna diestra. Tras setenta minutos de oro, Joao salió del campo junto a Koke y Carrasco para que entrasen Thomas, Llorente y Suárez. Ni quien salía ni quien entraba pudo escuchar la ovación de su gente.

En la primera jugada tras el ingreso, Suárez asistió a Llorente que quedó mano a mano con Silva y lo batió por bajo. La primera pelota que tocaba el uruguayo fue una asistencia de gol y a raíz de ahí generó un imán de manera que todo el juego terminaba en él, como si el partido ya no tuviese otro sentido que ofrecerle un gol en su bautismo como rojiblanco. Pareció venir en un penalti que fue frustrado por el VAR pero en la siguiente jugada, Suárez se estrenó como goleador colchonero con un cabezazo de puro nueve a centro de Llorente, que le devolvió el favor. Jorge Molina hizo el gol del honor para los granadinos, que pedían que aquel infierno terminase cuanto antes, pero todavía faltaba un gol más, el sexto, que mostró la voracidad del delantero uruguayo. Hizo una pared en la frontal con Vitolo, que había entrado junto a Lemar, y remató a bote pronto un disparo que se fue al palo, recogió el rechace y culminó su doblete con la izquierda.

Así, el Atleti cerró su fiesta de año nuevo, un primer episodio ilusionante que invita a soñar a toda esa hinchada que observa como todo sucede en su ausencia, el espectáculo de Joao, el equipo que se vislumbra, la llegada de Suárez … todo parece bonito mientras ellos llegan con retraso a este año nuevo que acaba de comenzar.

Foto: atleticodemadrid.com

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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