El Bayern de Múnich renunció a jugar esta competición, con lo que su plaza pasó al subcampeón de Europa, el Atlético de Madrid. Los alemanes alegaron falta de fechas y temían el juego sucio de los equipos argentinos pues Independiente de Avellaneda esperaba en la final. El conjunto de Buenos Aires había batido en la última edición de la Copa Intercontinental a la Juventus, participante por la renuncia del campeón de Europa, el Ajax, y llevaba conquistadas cinco Copas Libertadores: 1964, 1965, 1972, 1973 y 1974 (logró dos más, 1975 y 1984).
El 12 de marzo de 1975, en la ida de la final de la Copa Intercontinental, el Independiente se impuso por 1-0 al Atlético de Madrid en un lleno Estadio de la Viccra, conocido popularmente como el Estadio de la Doble Visera de Cemento (60.000 aficionados). Por el Atlético jugaron: Reina, Melo, Heredia, Benegas, Capón, Adelardo, Eusebio, Irureta, Alberto (Becerra 45’), Gárate y Ayala. Por Independiente formaron: Pérez, Comiso, López, Sa, Pavoni, Rodríguez (Semenewicz 57’), Galván, Bochini, Balbuena, Rojas y Bertoni (Giliber 83’). Independiente comenzó dominando, pero no podía con la ordenada zaga colchonera. Eusebio seguía por todo el campo a Bochini, cerebro argentino, y le anuló. El Atlético no creaba peligro al conjunto argentino, que se adelantó en el marcador gracias al gol de Balbuena a los 34 minutos; Bertoni penetró por el centro del área y tras varios rechaces el balón llegó a Balbuena que fusiló a Reina de tiro cruzado. Este tanto espabiló al conjunto español que pudo empatar antes del descanso, pero Ayala falló una clara ocasión.
En la segunda mitad, Luis Aragonés reforzó su ataque con la entrada de Becerra por Alberto. Sin embargo, el cuadro madrileño no llegaba con claridad a la puerta local, y los argentinos tampoco se lanzaban a lo loco al ataque, aunque Bertoni tuvo en sus botas el 2-0 en los instantes finales.
El 10 de abril de 1975, el Atlético de Madrid venció por 2-0 al Independiente en un lleno Estadio Vicente Calderón en el partido de vuelta de la final de la Copa Intercontinental. El club madrileño se proclamó campeón de este trofeo que había conquistado para España sólo el Real Madrid en 1960. El Atlético conseguía el título de mayor prestigio de toda su historia y se convertía en el primer y único club capaz de ganar la Copa Intercontinental sin adjudicarse la Copa de Europa. Jugaron por los españoles: Pacheco, Melo, Heredia, Eusebio, Capón, Adelardo, Irureta, Alberto (Salcedo 71’), Aguilar, Gárate y Ayala. Y por los argentinos: Pérez, Commiso, López, Carrica, Pavoni, Sergioratto, Galván, Bochini, Balbuena, Rojas (Rodríguez 68’) y Bertoni.
El cuadro madrileño presionó sin descanso a los argentinos y desplegó un fútbol rápido para sorprender a la segura zaga de Independiente. En esta ocasión, Adelardo se encargó del marcaje de Bochini mientras que Eusebio se retrasó a la posición de central para controlar al delantero centro Percy Rojas. Además, los atléticos forzaron las jugadas por banda derecha con Aguilar ante el veterano Pavoni junto a los constantes movimientos de la izquierda al centro tanto de Gárate como de Ayala. El Atlético puso velocidad, profundidad y furia; y el Independiente escondió la bola y defendió con orden su ventaja. A los argentinos les faltó llegada debido a que Adelardo anuló el principal surtidor de la delantera, Bochini.
El choque comenzó con dominio alterno hasta que el Atlético se apoderó del balón. Tras alguna ocasión para cada equipo, en el minuto 22, Ayala dio un gran pase en profundidad a Gárate quien controló el esférico y pasó a Irureta que conectó un genial cabezazo que se coló en las redes de la meta de Pérez. El conjunto de Luis había igualado la eliminatoria.
En la segunda mitad, el cuadro local buscó con mayor afán el gol del triunfo puesto que los bonaerenses se limitaron a defender. En el minuto 82, el árbitro no señaló un claro penalti cometido por López sobre Gárate. En el minuto 86, Heredia sacó un golpe franco cerca del área argentina sobre la cabeza de Ayala que peinó el balón hacia Gárate; entonces la defensa visitante intervino y el balón salió rebotado hacia Ayala que paró el balón con su pecho, lo echó al suelo y remató ante la salida de Pérez logrando el gol de la victoria colchonera. Adelardo recogió el trofeo en el palco de manos del presidente de la U.E.F.A., Artemio Franchi. Luego, los rojiblancos dieron la vuelta de honor al Estadio en medio de una fiesta inenarrable.