En marzo de 1947, el Atlético de Madrid contrató a Alfonso Silva Placeres procedente del Real Club Victoria de Las Palmas. Silva había nacido el 19 de marzo de 1926 en Las Palmas. El canario podía jugar como mediocentro, interior diestro e incluso delantero centro. El 20 de abril de 1947, en la ida de la primera ronda de la Copa del Generalísimo, el Atlético de Madrid superó por 3-0 al Hércules en el Estadio del Metropolitano; Silva se estrenó formando línea media con Mencía y Germán.
En el inicio de la temporada 1947/1948, Silva se erigió en el cerebro de la sensacional “Delantera de Seda”, nombre acuñado por el crítico deportivo del diario Pueblo José María Úbeda: Juncosa, Vidal, Silva, Campos y Escudero. Úbeda destacó que la vanguardia rojiblanca ligaba las jugadas con toques suaves, sin violencia, con inteligencia y buen gusto no exento de efectividad. Durante aquella campaña, la delantera madrileña sumó 73 goles en 26 partidos ligueros con una media de 2,8 tantos por encuentro.
En los años posteriores, Silva dejó el puesto de delantero centro para actuar en la línea media (formó grandes parejas junto a Hernández y Mújica). El canario deslumbró con su técnica individual: podía mandar el balón desde el punto de penalti de su área hasta el extremo del terreno contrario sin que éste se levantase un palmo del césped. Su precisión maravilló tanto que fue apodado “El matemático del balón”. Posiblemente, haya sido el futbolista con más calidad técnica que jamás haya vestido la camiseta colchonera.
Silva formó parte del gran Atlético de Helenio Herrera que consiguió dos Ligas (1949/1950 y 1950/1951) y una Copa Eva Duarte de Perón (1951). La afición del Metropolitano disfrutó con un conjunto que ganaba marcando goles y dando espectáculo. Silva maravillaba con su técnica en un equipo donde también destacaban los Ben Barek, Juncosa, Marcel Domingo, Aparicio, Carlsson, Escudero.
Todos los entrenadores contaron con el canario hasta que Jacinto Quincoces le apartó del equipo junto a Coque y Mújica en el ecuador de la campaña 1954/1955 por motivos disciplinarios. En la temporada 1955/1956, con la llegada de Antonio Barrios al banquillo rojiblanco, Silva volvió a entrenarse con el equipo, pero una inoportuna lesión le impidió jugar los primeros partidos ligueros. Silva debutó en la 8ª jornada y jugó también en la 10ª, 11ª y 12ª fecha. Entonces, Barrios afirmó que los suplentes del equipo no tenían categoría. Silva consideró estas palabras ofensivas para él y sus compañeros, y se negó a jugar a las órdenes de Barrios. El club denunció el caso a la Federación Castellana de Fútbol pidiendo una sanción para su jugador. Mientras la Federación regional estudiaba el caso, Silva no pudo entrenar con el resto de sus compañeros.
El 2 de febrero de 1956, la Federación Castellana de Fútbol sancionó a Silva con tres años de inhabilitación. Días después, la Real Federación Española de Fútbol ratificó el fallo. Luego, el Atlético le quiso rebajar la suspensión. En febrero de 1957 completó sus primeros doce meses de sanción y gracias al perdón solicitado por el Atlético a la Federación, Silva pudo volver a jugar. El club le traspasó por 300.000 pesetas a Las Palmas donde permaneció hasta la temporada 1958/1959.
A los 33 años colgó las botas uno de los jugadores con mayor clase y técnica de España de todos los tiempos. Silva deslumbró por su dominio del balón, su inteligencia, su finura, su elegancia y su visión de juego. Los aficionados disfrutaron con un artista del balón, un genio, un sabio del fútbol. En el Atlético de Madrid, el canario disputó 154 encuentros de Liga (38 tantos) y 23 partidos de Copa (5 dianas). Además, fue cinco veces internacional (1 gol) con España con la que participó en el Mundial de Brasil’50. Una vez retirado, se casó con una alemana e hizo sus pinitos como entrenador con el Konstanz (República Federal Alemana) y el Kreuzlinger (Suiza). Una lesión de cadera le impidió seguir ligado al mundo del fútbol y se dedicó a trabajar en la fábrica textil de Konstanz. El 16 de febrero de 2007, Silva falleció a la edad de 80 años.
23 abril, 2017
Tuve el placer de conocerle personalmente vivía cerca del colegio donde yo estudiaba, el colegio Luis Antunez, en las palmas de Gran canaria. Que Dios lo tenga en su gloria.