El Atlético de Madrid afrontó la Copa del Generalísimo tras acabar quinto en la Liga. En la ida de los 1/8 de final, el 6 de mayo de 1956, el equipo rojiblanco venció por 4-1 a Las Palmas (11º en Primera) en El Insular con los goles de Collar (2), Miguel y Rafa. Una semana después, en la vuelta, el conjunto de Barrios goleó por 6-0 a Las Palmas con cuatros tantos de Escudero y dos de Agustín en el Metropolitano.
En los ¼ de final tocó en suerte el campeón del grupo II de Segunda División, el Jaén que venía de eliminar al Valencia. En la ida, el 20 de mayo, el Atlético sacó un empate a dos tantos en La Victoria. Al descanso se llegó con empate a uno tras los tantos de Miguel y Herrera. Luego, Antoniet adelantó a los locales, pero, a falta de nueve minutos, Peiró silenció el Estadio de La Victoria con su tanto. Siete días más tarde, el equipo de Barrios certificó el pase a las semifinales superando por 5-0 al cuadro jienense en el Metropolitano. Al descanso se llegó con un 2-0 con los goles de Escudero y Agustín. En la segunda mitad, Peiró (2) y Molina redondearon el marcador.
La fortuna se alió con el Atlético en los emparejamientos de las semifinales ya que evitó al At.Bilbao, reciente campeón de Liga y vigente ganador de la Copa, y al R.Madrid, campeón de Europa. El Atlético se enfrentó al Español que había concluido séptimo en la Liga y había eliminado en la Copa al Sevilla (cuarto en la Liga) y al Barcelona (subcampeón de Liga). En la ida, el 10 de junio, el equipo madrileño venció por 2-1 en Sarriá. Faura adelantó a los pericos, pero el Atlético reaccionó dando la vuelta al marcador gracias a los goles de Rafa (69’) y Peiró (86’). En la vuelta, el 17 de junio, el Atlético de Madrid perdió por 1-0 ante el Español en el Metropolitano. El cuadro catalán marcó a los 22 minutos por medio de Piquín y se limitó a conservar su ventaja para forzar el desempate. La mala suerte se cebó con los colchoneros de tal manera que incluso Escudero, que se encontraba lesionado (fuerte dolor en su codo izquierdo que al final se convirtió una luxación que le impidió jugar la final copera), lanzó fuera un penalti en el minuto 89. Los españolistas protestaron la máxima pena (según “Marca” el derribo a Rafa fue claro) y retrasaron cinco minutos la ejecución del mismo. Escudero declaró: “Estaba nervioso por todo cuando me dispuse a tirar el penalti. Era mucha responsabilidad y tenía sobre mí el dolor del codo”,
Se debió disputar un encuentro de desempate dos días después en Chamartín con más de media de entrada (la Federación sorteó el escenario entre Las Corts y Chamartín). El Atlético de Madrid ganó por 3-0 al Español clasificándose para una final de Copa 30 años después. Barrios alineó este once: Pazos, Martín, Heriberto Herrera, Verde; Hernández, Cobo; Miguel, Agustín, Molina, Peiró y Collar. El Atlético se mostró muy superior a los catalanes desde el principio y al descanso se llegó con 1-0 tras el tanto de Collar a los 42 minutos. Nada más comenzar la segunda mitad, Molina marcó el 2-0 y el propio Molina cerró el marcador a los 65 minutos.
El Atlético de Bilbao partía como favorito. Los bilbaínos, bajo la dirección de Fernando Daucik, formaban un equipo muy compensado, peligroso y seguro. Mientras los madrileños habían cumplido una notable temporada tras varios lamentables años y esperaban redondear la campaña con la conquista de su primera Copa. El 24 de junio de 1956, el estadio de Chamartín se llenó para presenciar la final de la Copa del Generalísimo entre los dos Atléticos. Barrios alineó este equipo: Pazos, Martín, Heriberto Herrera, Verde; Hernández, Cobo; Miguel, Agustín, Peiró, Molina y Collar. Y Daucik formó su once clásico: Carmelo, Orúe, Garay, Canito; Mauri, Maguregui; Arteche, Marcaida, Arieta I, Uribe y Gaínza. El árbitro, Sr.Arqué, dirigió la final. Ambos equipos vestían igual con lo que el Atlético de Bilbao, por antigüedad, mantuvo su clásica camiseta rojiblanca, pantalón negro y medias rojiblancas; mientras que el Atlético de Madrid lució camiseta blanca, pantalón azul y medias rojas con vuelta blanca. Un extraño uniforme de los madrileños que sólo usaron durante aquella temporada.
Barrios colocó a Peiró como falso delantero centro con el objetivo de tapar las subidas de Maguregui, pero esta idea no funcionó puesto que Peiró no resultaba el hombre adecuado para esta misión y encima se perdió la calidad del madrileño por la banda izquierda. Luego, Barrios achacaría la derrota a que los jugadores y, en especial, los delanteros, no siguieron sus instrucciones. El conjunto madrileño empezó a dominar el partido, pese al inconveniente de la lesión de Hernández en el minuto 20. El centrocampista canario jugó mermado en sus condiciones el resto del choque por un tirón en su pierna. Fruto del mejor juego madrileño llegó el gol de Molina al culminar un contraataque iniciado por Peiró a los 25 minutos. Los bilbaínos reaccionaron y Arteche, de cabeza a pase de Gaínza, igualó el partido en el minuto 37. En la segunda mitad, ambas formaciones buscaron el tanto de la victoria. El Atlético madrileño estuvo a punto de lograrlo, mas el tiro de Molina se estrelló en el poste cuando ya estaba batido Carmelo. Sin embargo, Maguregui no perdonó y logró el 2-1 para los vascos a falta de 20 minutos para la conclusión. Maguregui marcó un espectacular tanto de cabeza a pase de Gaínza en una jugada que solían practicar a menudo; Gaínza pasaba desde la banda a Maguregui que desde la frontal del área grande remataba de cabeza en plancha sorprendiendo a la defensa. El conjunto de Barrios intentó empatar el choque, empero no pudo conseguirlo e incluso vio como el árbitro expulsaba a Collar por una supuesta agresión a Carmelo cuando éste relantizaba el saque de portería en las postrimerías del encuentro. ç
El At.Bilbao obtuvo su 19ª Copa de España en tanto que el At.Madrid perdió su tercera final copera. “Marca” tituló: “Atlético de Bilbao, campeón, en una final de escaso juego en la que el vencedor demostró más peso de equipo”, “Y, a lo largo del encuentro, más codicia y apoyo”, “El Atlético madrileño jugó por debajo de su rendimiento en líneas y jugadores”. El entrenador Barrios, aseguró: “Para ganar una final hay que pelear y los bilbaínos nos han superado en esto. El At.Bilbao ha ganado con todo merecimiento. Habríamos ganado si mis hombres hubiesen maniobrado como les indique. Aun así estoy satisfecho de la temporada del equipo”.
Ramón Cobo no olvida aquella oportunidad perdida:
“Se perdió en Chamartín por 2-1. Yo fui capitán por la lesión de Adrián Escudero. Jugamos muy bien. Maguregui marcó un gol de cabeza casi desde fuera del área que fue el 2-1. Nos habíamos puesto 0-1 con gol de Molina. Todavía me acuerdo con amargura, esas cosas no se olvidan nunca. Con el 1-1 Molina tiró al poste. Jugamos mejor, dominamos más que el At.Bilbao, pero ellos ganaron. Jugamos con camisetas blancas que era la segunda equipación del At.Madrid en esos años. La Copa era gafe en esos años para el Atlético, se perdían muchas eliminatorias”.
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