Recuerdo las veces en que de niño iba al Calderón. Recuerdo el autobús de la peña, el bocata en el descanso y el sol impactando en el rojiblanco de las camisetas, dándole un color que solo he podido apreciar en la Ribera del Manzanares los días de partido. Bajar en Pontones. Recoger la mediapunta y empezar a escuchar los gritos que anunciaban cerveza fría, la bufanda del partido o, si llovía, ponchos para no mojarse. Acercarse a las faldas del templo con un nudo en el estomago y la boca abierta.
Uno de los sonidos que permanecerán en lo mas profundo de mi infancia de grada será siempre el “UY.” Ese grito espontaneo, pero recitado de manera coral por un nutrido grupo de hinchas que veían como una ocasión prometedora se iba por muy poco. “Uy” y la pelota volvía a rodar. “Uy” y vuelta a empezar. La vida.
Cuando el colegiado señaló el final en el Camp Nou, en mi mente resonó, inconscientemente, ese “Uy.” Estábamos a mas de una decena de puntos de nuestro rival, el líder, al que visitábamos, y sin embargo no eran pocos los que tenían aun esperanzas en recortar distancias para acabar levantando un trofeo. “Uy, casi.” Volví a repetir en mi cabeza.
La temporada en la que quizá mas se haya cuestionado la figura de Simeone. La temporada con mas dudas, mas guerras y mas polémicas. La temporada mas dura en la década de cholismo. La temporada en la que parecía que todo hubiese acabado, y ahí estaba yo, “uy.”
Estoy seguro que si el colegiado hubiese querido señalar esa mano de Busquets que hubiera supuesto la oportunidad de marcharnos con empate, muchos aún seguirían metiendo formulas en un Excel y desarrollando hipótesis para calcular las opciones de levantar un título a finales de Mayo. “Uy, se han librado por poco.”
Tras el Mundial, el Atlético de Madrid parece otro. Un equipo mucho mas cohesionado, con identidad propia y con un pequeño núcleo de jugadores que se ve han entendido lo que significa jugar en este Club. Un equipo que salió a morder en el Camp Nou, dando al larguero antes de que el reloj marcase el primer minuto de encuentro. Un equipo que impidió al Barcelona de Xavi rematar a portería en los primeros cuarenta minutos de juego. Un proyecto que en Diciembre parecía condenado al derribo y ahora solo necesita apuntalarse. “Uy, si llegamos a dar con la tecla antes.” Uy, y vuelta a empezar.
25 abril, 2023
Si no tiraron a puerta en los primeros 40 minutos, al poco marcó Ferrán el gol más cómodo de su carrera, un penalty le habría supuesto más tensión.