Qué nos quedará por ver …

Durante las dos últimas semanas se ha hablado mucho de ello: Miguel Ángel Gil se está planteando vender su participación en el Atlético de Madrid. Puede que a algunos les pille de sorpresa lo que otros veníamos barruntando desde hace años, que la futura Ciudad Deportiva iba a ser el culmen de la etapa Gil en el Club.

El sueño de Jesús se materializó hace 5 años con el traslado al Metropolitano y la demolición del Calderón. Un traslado que nos fue vendido de muy distintas formas en distintos años. Desde la época de Gallardon y sus ansias olímpicas que necesitaban de un uso posterior a todo lo que se fuese a construir, pasando por el cambio «a pelo» para terminar en una renegociación de crédito y unos beneficios por la venta del anterior feudo que no eran lo esperado. Así, un cambio que iba a permitir al Atlético de Madrid ingresar un dinero que iba a repercutir en fichajes de estrellas de renombre, ha acabado siendo una losa económica que ha provocado una necesaria y reciente ampliación de capital para salvar el corto plazo de una entidad que iba cuesta abajo y sin frenos camino de la bancarrota.

Es curioso como ese pequeño detalle, el de la necesidad de incorporar financiación para salvar la viabilidad del Club, sale a la luz de forma intermitente y nadie se pregunta el porqué. Es algo chocante el ver cómo la SAD que gestiona el Atlético de Madrid saca un día pecho de todo lo generado y presume de crecimiento para, al día siguiente, hablar de la necesidad de vender futbolistas, entrar en Champions o utilizar el nuevo estadio como recinto multiusos para cuadrar cuentas.

La temporada pasada pudimos comprobar esa faceta bipolar que tiene el conjunto rojiblanco. A muchos les sonarán las noticias que se podían ver en los medios cuando nos acercábamos al final de campaña y la presencia de los de Simeone en la siguiente edición de la Liga de Campeones estaba en el aire. El relato, que salía desde las propias entrañas de la SAD, nos auguraba un futuro oscuro de no asegurar la participación en la máxima competición europea. Todo lo conseguido y remado en diez años de cholismo iba a derrumbarse como un castillo de naipes mal apuntalado. La economía de una entidad que llevaba una década en constante, y alardeado, crecimiento no estaba preparada para un año de vacas flacas.

Imaginen la situación de comprar una casa que le han prometido ser de muy buenas calidades. La envidia de cualquier vecino. En un año de fuertes vientos, uno de los arquitectos que redactó ese proyecto se acerca por su hogar y le dice no estar seguro de que su vivienda vaya a aguantar una racha de viento sin venirse abajo. Eso es el Atlético de Madrid SAD.

En estos tiempos de incertidumbre, de mentiras y medias verdades, donde no sabemos cuál será el futuro y quién vendrá a manejar el Club de nuestras vidas, pienso en aquella frase que dicen todos nuestros mayores cuando ven que la novedad sobrepasa todo cuanto ellos han conocido: «Que nos quedará por ver.»

Autor: Marcos Martín

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2 Comentarios

  1. Pues si, no se puede creer nada, todo oscurantismo y filtraciones interesadas y sesgadas por supuesto, diciéndo lo que interesa y ocultando lo que no. De creer a la caverna, líbrenos quien pueda, sólo el R. Madrid, los clubes ingleses y los que tieenen dueños con billetes por castigo son viables, los demás, incluído el Barça, que desaparezcan que lo único que hacen es molestar.

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  2. A ver si yo he entendido bien o la conclusión que yo saqué de la entrevista de Miguel Angel.
    Esto del futbol es un negocio el cual no puedes dejar, ni tan siquiera formar para manejarlo, a tus herederos.
    Y aunque haya un caso excepcional como es el Villarreal, donde si hay un heredero en la familia que gestiona el futbol, ellos, la familia, no tiene como base de su patrimonio el futbol.
    Esto es importante a la hora de la continuidad de Miguel Angel y de Cerezo.
    El futbol como negocio, no responde a características que se pueden apreciar en cualquier otro tipo de negocio.
    En el futbol debes contar con que hay «otros» que gestionan la base de tu negocio.
    Esos «otros» son los que te organizan, con competiciones, tus ventas. Esos «otros» pueden que en un momento estén en tu plantilla y a la vez tienen a una persona que les está buscando otra empresa.Esos «otros» tienen dentro de su organización poderes que te pueden sancionar y que no te dan posibilidades de ganarles un recurso.
    O sea, que es un negocio con un riesgo que tú no puedes controlar.
    Si han valorado el club en 1.200 millones, con una deuda de 400 y pongamos que que al final encuentra comprador por 1.000, le quedan 600, con lo cual la venta para la familia es una buena solución de cara a ampliar el negocio inmobiliario, que es el que ellos realmente dominan. Y sus herederos también.
    Luego, nosotros, al aficionado lo que les queda es confiar en que los compradores sean capitales que vengan con la intención de invertir y rentabilizar.
    Eso que a muchos nos puede sonar a «llevárselo crudo» no sucede cuando inviertes un capital tan importante. Quieres entrar en la elite, pero para no descender de la elite. Quieres subir en el podium.
    El que venga, sabe los pros y los contras. El mayor contra es que saben que a la ciudad que vienen hay uno de los grandes poderosos.
    Cuando llegaron al City, los que llegaron, sabían que estaba ManU.

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