Dice la Real Academia, en la acepción que aquí nos ocupa, la tercera, que una leyenda es una “persona o cosa muy admiradas y que se recuerdan a pesar del paso del tiempo”. En realidad bastaba con quedarse en la definición, no había que profundizar más, para darse cuenta de que todo lo que ha montado en Atlético de Madrid en torno al famoso Paseo ha sido un gran disparate.
Suelo confiar en la buena voluntad de las personas, incluso de aquellas de las que me veo obligado a desconfiar y es por eso que entiendo que el club, con la norma de los cien partidos, lo que ha intentado es objetivar una cuestión para evitar la polémica, para poder sacar una norma y esgrimirla en defensa propia cuando la inevitable polémica surgiera. Pero ha demostrado una enorme torpeza en eso. Tal vez debería haberlo llamado el “Paseo de los cien partidos” para lavarse las manos del todo pero lo cierto es que denominar “Paseo de las Leyendas” y dejar fuera de él a jugadores que claramente lo son e incluir a otras que, no es que no lo sean, sino que bien podrían representar la antítesis de lo que para un atlético es una leyenda de su club, ha sido de una falta de sensibilidad enorme.
Mi opinión está muy en la línea de la carta abierta que la Asociación “Los 50” ha dirigido al club. Creo que hay que empezar por definir muy claramente lo que todos entendemos por leyenda, que desde luego nada (o casi nada) tiene que ver con “jugador que ha disputado más de 100 partidos con la camiseta del Atleti”. No tal. Una leyenda es precisamente lo dicta la RAE, un jugador admirado y que se recuerda a pesar el paso del tiempo. Hay casos que son flagrantes, habrá otros que serán discutibles, porque la subjetividad es absoluta, pero siempre hay lugares comunes dentro de este ejercicio de rescate de la memoria colectiva. ¿Por qué no usar una idea tan bonita para unir y no para crear conflicto? Sentemos a los veteranos, y también a los jóvenes, citemos a las Peñas, demos la voz al entramado social del Atleti porque lo que salga de él será el único garante, la única opinión que ha de tomarse por válida y sostenible. El Atleti será lo que sus aficionados quieran que sea. Así debería ser, así se moldea su cultura, el recuerdo de su historia, sus valores, la tierra fértil que abona el camino del futuro.
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