La semana pasada, en un nuevo intento por atraer “aficionados”, La Liga preparó un reto con el famoso streamer Nil Ojeda: Iba a ser la primera persona en estar presente en todos y cada uno de los partidos que se disputasen en una misma jornada. Resulta bastante cómico que sea la misma Liga que pone infinitas trabas para que el aficionado medio pueda desplazarse junto a su equipo la que utilice una campaña de marketing de este tipo, dándole todo tipo de facilidades a un influencer. Los de siempre continúan ninguneando al hincha que sustenta el negocio que ellos mismos dirigen y tratando de atraer a un público muy alejado de los valores y códigos que llevan años instaurándose en las gradas.
La jornada transcurrió con la presumible normalidad que quienes organizaron el reto esperaban. Nil Ojeda fue apareciendo en todos y cada uno de los estadios que albergaban partidos de Primera durante ese fin de semana. Ataviado con la camiseta del conjunto local, fue haciéndose fotografías en todos ellos. Había que promocionar.
Llegó el turno del Estadio Metropolitano. El Atlético de Madrid recibía en casa al Almería a las 18:30 de la tarde. Era el penúltimo partido de la jornada, el show estaba llegando a su final. Nil Ojeda publicó una fotografía en el coliseo rojiblanco que borró instantes después. Al tiempo volvió a subir una imagen idéntica, la misma podría decirse, salvo por un detalle: Estaba retocada.
Las redes sociales, ese nicho al que muchos clubes y estamentos quieren llegar, les jugaron una mala pasada. Algún usuario vio y guardó la primera fotografía que Nil publicó. Una instantánea que, como en los demás estadios, recogía al propio Nil posando con la camiseta del club local y una bufanda del mismo. Una bufanda oficial que el influencer pidió prestada a alguien de la grada. Una bufanda que no contenía ningún mensaje que incitase al odio, fomentase la violencia o crease crispación en un partido que para nada estaba calificado de alto riesgo. La bufanda únicamente contenía una cosa: El escudo del Atlético de Madrid. El de 1947.
Cuesta pensar que el mismo departamento que se encargó de meter con calzador el nuevo emblema rojiblanco en la celebración de la última Europa League conquistada en Lyon o que aprovecha cada acto para regalar merchandising con el mismo no reparase en aquel detalle. Cuesta creer que, tras el ruido generado en esta última temporada y visto la predisposición de muchos representantes de la afición a la celebración de un referéndum, en la plana noble del Metropolitano sigan con estas actitudes infantiles y bochornosas.
A principios del próximo mes de mayo, la SAD que gestiona el Club Atlético de Madrid pasará un recibo a todos sus socios por el carnet de la próxima temporada. Con la actual aún en juego. Sin fecha para poner fin a una de las mayores reivindicaciones de la masa social en décadas. El Photoshop tapa un escudo, pero sus vergüenzas siguen ahí, a la vista de todos.