¿Dónde está la comisión?

Era jueves de corpus cuando la noticia saltaba. Me acuerdo perfectamente porque me pilló en los toros. El Atlético de Madrid se comprometía a crear una comisión social que escuchase la opinión del aficionado, y anunciaba que esta se tendría en cuenta a la hora de tomar decisiones concretas en el futuro de la entidad. Por encima de todo resaltaba algo: el compromiso para la celebración de un referéndum que permitiese elegir el emblema que representase al Club de cara al futuro. 

Ninguno de los muletazos que vi aquella tarde me caló tan hondo como aquella noticia. Era solo un paso, una gota en un océano, pero ya significaba algo. La realidad es que ese día Miguel Ángel Gil hizo la mejor de sus faenas. Colocó la muleta con suavidad y toreó con delicadeza un problema que amenazaba con convertirse en un verdadero quebradero de cabeza: la nueva camiseta. Con mentiras y medias verdades, el CEO del Atlético de Madrid consiguió su ansiada paz social y solventó una situación que, por haber llegado a esos términos, tuvo que ver muy difícil.

A día de hoy, Miguel Ángel Gil Marín no ha cumplido ni uno solo de los puntos tratados en aquella reunión. Nuevamente, el socio y peñista del Atlético de Madrid ha sido tratado como un vulgar cliente por aquellos que ven esto como una empresa pero que no dudan en apelar al sentimiento cuando las cuentas descuadran.

Históricamente, el hincha del Atlético de Madrid ha demostrado en innumerables ocasiones un compromiso y fidelidad para con la entidad que ya quisieran los que hoy la dirigen. Algunos, hace no tanto, también pisaron las gradas del Calderón y se desplazaron junto al equipo, pero por el camino han enterrado, entre montañas de billetes, todo aquello que juraron defender. 

La misma hinchada que batió récord de abonados cuando el equipo descendió de categoría, viajó en masa a Barcelona para disputar una final copera muchos años después, agotó la camiseta del jugador que falló una pena máxima en una final europea o tiró del equipo en una temporada en la que fue imposible animar desde la grada, ha pedido algo por una vez en la vida a su Club: Que se les tenga en cuenta. Poder decidir, no imponer. Que sea la masa social, esa de la que tanto les gusta presumir en redes sociales, la que elija si quiere volver al anterior escudo o continuar por el camino actual.

No tengo una carrera universitaria, tampoco un máster en marketing ni una dilatada trayectoria dirigiendo multinacionales, pero tengo el conocimiento justo para saber que no se gestiona igual Inditex que el Club Atlético de Madrid. Aqui no estamos por la vistosidad de las instalaciones la corriente de moda basada en los éxitos deportivos o un mejor posicionamiento en redes sociales. No vamos más al estadio si juega cierto jugador o menos si este está lesionado.

Durante todos estos años los clubes de fútbol han ido construyendo su identidad en base a sus hinchas. Ellos y solo ellos son los que han ido moldeando la entidad hasta dotarla de los valores con los que se sienten representados. Nunca al revés.

Miguel Ángel, tú eliges: hinchas o clientes. 

Autor: Marcos Martín

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