Llevamos semanas a vueltas con el tema de Vinicius, al margen de los intolerables gritos racistas, que no deberían tener cabida ya en ningún estadio, ni en ningún ámbito de la vida en casi mitad del siglo XXI, parece que es la primera vez en la historia que a un jugador los defensas rivales le intentan parar utilizando algo más que sus habilidades futbolisticas.
Los más jóvenes no lo han vivido, pero los que ya tenemos una cierta edad recordamos ese partido en Zaragoza donde Paulo Futre salió del césped con los ojos morados y las piernas llenas de señales por un marcaje criminal de Pablo Alfaro.
Al atender a los medios después del partido el portugués parecía más que salía de un cuadrilátero de boxeo que de un rectángulo de juego, con la cara totalmente desfigurada, pero Pablo Alfaro acabó aquel partido sin ningún problema.
Para desgracia de Futre vestía las rayas rojiblancas, eso implica que no tienes protección ni de los árbitros, ni de la prensa, ni de nadie.
Gracias a Dios el fútbol ha cambiado mucho y una actuación como la de Alfaro aquella noche, a día de hoy es impensable, pero la moraleja de todo esto es que frente a los buenos, los defensas han utilizado tretas toda la vida, no es patente de corso de Vinicius, que parece que ha inventado los regates y por eso le tienen manía los rivales.