Escrito Por José Luis Pineda on Abr 10, 2023 | 4 Comentarios

El Rayo de Iraola estaba bien plantado en el campo, hacía las cosas bien, trataba de circular con velocidad y tras la pérdida, sometía al Atleti a una presión asfixiante que lo dejaba inoperativo. No había espacio ni tiempo para construir, el partido estaba igualado, barruntaba dureza para sacarlo adelante y en esas, Griezmann intercepta una pelota en la frontal e inicia una contra maravillosa por la izquierda, ejerciendo siempre de canalizador, apoyándose en Carrasco, un toque con la puntera, el siguiente con el interior buscando a Morata, que intenta prolongar y aparece Nahuel en la derecha para hacer el gol. Un golazo en una jugada precisa y que define bien en lo que se ha convertido Griezmann ahora, un jugador extraordinario que genera los goles desde la propia frontal del área. El gol tuvo un componente emotivo, ya que Molina se fue al banquillo a por la camiseta de Angelito Correa, que atraviesa un momento duro por la reciente pérdida de su madre, y todos sus compañeros la subieron arriba, mostrando la unión del vestuario, probablemente el lugar donde resida una de las claves de este nuevo Atlético de Madrid.

Casi sin tiempo para que el Rayo se ubicase en el nuevo escenario, éste cambió de nuevo, ya que Hermoso, otro de los grandes recuperados de este nuevo Atleti, cabeceó a gol un córner de Carrasco. Dos a cero y otro partido nuevo en el minuto veinticinco. Con la inferioridad en el marcador, el Rayo no paró de intentarlo pero el Atleti se encontró excesivamente cómodo, ya la presión no era igual, la convicción había mermado y los de Simeone, comenzaron a tocar, posesiones largas que terminaban acercando el balón y el peligro a los dominios de Dimitrievski. Tuvo alguna ocasión Morata, que empezaba a mostrar que no sería aquella su noche.

En la segunda mitad, Iraola lo intentó todo, refrescó todo el frente de ataque, entraron Falcao y Camello, pero en el sesenta se encontró con otro inconveniente grave. De nuevo Griezmann asistió a Morata para dejarlo solo frente al portero, Lejeune lo derribó siendo el último hombre y el árbitro, De Burgos Bengoetxea, lo expulsó, previa mediación del VAR. La cuesta arriba del Rayo se convertía en el Tourmalet. Pese a lo adverso de las circunstancias, no paró de intentarlo y ahí el Atleti tuvo la oportunidad de rematar el partido con una goleada de escándalo. Simeone dio entrada a Lemar y Saúl primero y a Barrios después. Acabó jugando con Llorente y Griezmann en la punta de ataque y las ocasiones se sucedieron una tras otra, sin acabar en gol. A partir de ahí, llegó una de las máximas del fútbol. En el ochenta y cinco Fran García batió a Oblak con un zurdazo impresionante desde treinta metros y en los últimos minutos el Rayo puso todo el corazón y el Atleti sufrió toda la zozobra. Al final, tres puntos y el Madrid más cerca.

Foto: atleticodemadrid.com