El Atlético de Madrid, quién lo iba a decir en el mes de diciembre, se ha convertido en una precisa máquina de elaborar un fútbol total, engulle rivales con la misma naturalidad con la que golea, con la que acumula puntos y arrastra las nostalgias de lo que pudo ser y no fue. Desde la solidez defensiva que siempre tuvo, domina el partido y al rival en campo ajeno, gana posesión y percute una y otra vez, repetidamente. Olvidó aquello de marcar y guardar la ropa en el cajón. Ahora encuentra el gol y continúa persiguiéndolo con adicción creciente. Llegaba el Cádiz al Metropolitano en una posición complicada porque los de Simeone, tras la derrota del Madrid, tenían la segunda plaza a la vista y no dudaron en tomarla como si les fuera la vida en ello. Se llevaron cinco goles los amarillos de vuelta a Andalucía, pero pudieron ser más, dio la sensación de que el Atleti hubiera hecho cuantos hubiese necesitado.
Simeone repitió once por tercera jornada consecutiva, algo que no suele ser habitual, y es curioso que lo haya hecho con Grbic en la portería, tal vez el único jugador que no esté destacando en este tramo de la temporada, pues en ninguno de los tres encuentros logró mantener la portería a cero. Por lo demás, hombre por hombre, libra por libra, el Atleti tiene oro en cada posición. En el lateral derecho Molina está mostrando el jugador profundo, largo, el carrilero que Simeone busca, que no se cansa de doblar e incorporar, de llegar al gol, anoche hizo el quinto, cerrando el marcador, llegando siempre, definiendo con claridad. En el izquierdo Carrasco recupera la mejor versión, abriendo siempre el campo y cerrándolo a un tiempo con vértigo inusitado, entrando al área en una danza imposible tras la cual siempre se desata el peligro. Anoche volvió a marcar convirtiendo un penalti, ¡sí, por fin, VAR mediante, ¡fue señalado un penalti a favor del Atlético de Madrid!, con tres a cero en el marcador y después de que hayan sucedido otros tan claros que quedaron en el olvido. Los tres centrales recuperaron el sistema de la última Liga, Hermoso contundente y capaz en la salida, Giménez capo absoluto y Witsel improvisado recambio de lujo. En el medio construyen tres futbolistas de toque, De Paul, cada vez más entonado, Lemar, encontrando su versión de toque, de clarificar el juego, de abrir nuevos escenarios y, sobre todo, Koke, el gran mariscal, el futbolista que canaliza tensiones, que ablanda el partido, que sabe estirarlo, pausarlo, mecerlo hacia el lado donde se encuentra la calma o la furia, según lo que interesa.
Después, viene Griezmann, que merece un punto y aparte, un nuevo párrafo, el mejor jugador del equipo y de la Liga, uno de los mejores del mundo, uno que ha sabido poner su talento al servicio del equipo, que ha regresado a rescatar su causa perdida, a recuperar aquellos dos ignominiosos años y que se ha ganado perdones y olvidos a base de buen hacer futbolístico y humano, porque Griezmann no es el mejor para sí mismo, es el mejor para los demás, asiste, aclara, ve siempre con una inteligencia superlativa. Es preciso y para guinda, recupera de a poco el gol que siempre tuvo. Ayer hizo el primero y el segundo con dos toques medidos al palo largo del portero, al lugar donde la geometría le impide llegar. En la punta de ataque cierra el equipo Morata, trabajador incansable, jugador que trata de dar salida, de alargar el equipo de aprovechar el espacio, con suerte dispar en el remate, también está subido en la ola mágica del momento y ayer hizo el tercero, un remate cruzado a pase de Hermoso, y enjuagó el sinsabor de los que podía haber hecho mucho antes.
En definitiva y resumen, el Atleti es segundo y muestra un fútbol total, un momento de forma extraordinario, le restan solo cinco partidos para un final de temporada que terminará sabiendo a poco por lo mostrado en las últimas fechas, pero que dejará la puerta abierta a un nuevo comienzo para la siguiente.
Foto: atleticodemadrid.com
4 mayo, 2023
Bueno, todo esto está muy bien, pero yo prefería estar terdero en la liga, y jugar la final de copa,o y la semi de champions. Estamos jugando un partido por semana, y esto se nota. Lo que tengo claro, es que este equipo tiene jugadores para jugar así de bien, y estar luchando a estas alturas por algún título.
4 mayo, 2023
¡Qué tío más cenizo, quieres disfrutar un poco por una vez en tu vida.
A tu falta de criterio se une tu don de la inoportunidad!
4 mayo, 2023
La verdad que el equipo da gusto. Si don Jesús se levantase, estaría orgulloso de su legado.
El presente es bueno y el futuro pinta mejor.
Aupa Atleti!
5 mayo, 2023
Bueno, si los atléticos nos conformamos solamente con estar por encima del Madrid aunque no ganemos nada, ¡qué pena! Aunque nos pese, el Madrid ya na ganado un título, y puede ganar dos más. Ojalá no. nosotros solo le ganamos presumiendo de tener al mejor entrenador pagado del mundo. ¡Que orgullo! ¿Verdad?
5 mayo, 2023
A mí, particularmente, me dá exactamente igual lo que gane el Madrí. Estoy disfrutando de mi equipo y de la bilis de los contrarios.
5 mayo, 2023
Ya se estaba tardando mucho en lanzar las campanas al vuelo.
Ahora, de la noche a la mañana, el Atleti se ha convertido en un equipo galáctico que está obligado a jugar al ataque, a meter cuatro goles por partido y a ganar todos los títulos y las copas habidas y por haber. Obligado a codearse con los multimillonarios y con los poderosos porque, por arte de magia mediática, el Atleti resulta que ahora también debe ser un equipo tan multimillonario y poderoso como los otros, con unos medios de comunicación a su favor que le dan la cobertura que haga falta, incluso con árbitros que le pitan penaltis cuando el equipo lo necesita.
Mientras tanto, lejos de tantos sueños de riqueza y abundancia, en otro lugar del Metropolitano, cuatro jugadoras de este mismo Atleti, recibían con una gran emoción, la visita sorpresa de sus madres desde tierras lejanas.
Un regalo inolvidable para celebrar el día de la Madre, todo un detalle que, a diferencia de los títulos y los millones, engrandece el nombre de un equipo.