El Atleti empató en el Bernabéu en un derbi que fue entretenido, con alternativas, y que coronó a Simeone como el único entrenador que ha sale invicto cinco veces al hilo del feudo del Real Madrid. Mantiene la distancia por la segunda plaza y piensa en la Europa League, su verdadero objetivo salvado este compromiso con el honor.
Los del análisis simple a buen seguro empezaron a frotarse las manos en el minuto cinco, cuando tras el tanteo inicial, el Atleti, como un visitante con modales, cedió el balón, la iniciativa, y el terreno al anfitrión. Los de Simeone se pertrecharon en la línea de atrás, agarrados a sus principios defensivos, a ver el tiempo pasar. En esos momentos, sobre todo cuando el rival no consigue perforar la portería contraria, es fácil caer en la pregunta de si el Atleti no podría hacer algo más que esperar. La respuesta suele venir dictada al dorso del partido.
Fue una primera parte en la que el Atleti sufrió por banda derecha, pues Vitolo, muy desacertado y Juanfran, eran el objetivo permanente del ataque madridista. Por ahí cargaba el Madrid y por ahí volcaban los colchoneros su riada de solidaridad. El Madrid recortaba los espacios hacia la portería de Oblak, que salvó a su equipo con dos intervenciones prodigiosas, una sobre un remate de Ronaldo en boca de gol y la siguiente en un disparo de Varane desde el pico del área pequeña. El mejor portero del mundo, la mejor defensa del mundo, han creado un halo de impenetrabilidad que concita también a los largueros, que repelieron sendos disparos de Asensio y Marcelo. Por arriba aparecía Griezmann y viraba el balance del partido durante un tiempo efímero pero precioso. Cuando el francés controlaba la pelota, la película siempre parecía a punto de cambiar. Tiene esa cualidad de los directores geniales. Una pelota y genera un mundo, el esbozo de un partido inexistente. Faltaba el espíritu combativo de Costa, que en una arrancada probó a Navas y atragantó el café a la grada del Bernabéu. También Saúl, en otra jugada aislada, enganchó un zurdazo que se marchó por arriba.
En la segunda mitad, el partido había de desatarse, porque al Madrid no le servía el empate y ese era el momento al que tal vez quería llegar el Atlético, siempre deseoso de resolver sus entuertos con los equipos grandes en el menor tiempo posible. Todo había cogido los mismos derroteros de la primera mitad hasta que en el cincuenta y tres Ronaldo enganchó una volea desde dentro del área a pase de Bale y batió de forma inapelable a Oblak. Ese fue el resorte que hizo salir al Atleti del modo defensivo. Con la obligación irremediable de salir, comandados por un gran Thomas, al que Simeone había dispuesto de inicio junto a Saúl en el doble pivote, los colchoneros cambiaron el signo del partido. Sólo cuatro minutos después, una combinación de Vitolo con Griezmann dentro del área madridista acabó con el gol del francés, que restablecía la igualada en el marcador. Los visitantes no se conformaron con el empate y durante quince minutos mostraron toda su capacidad ofensiva. Acorralaron al Madrid en torno a Keylor Navas que salvó a su equipo, especialmente en un remate a bocajarro de Koke desde el borde del área pequeña que sacó milagrosamente el costarricense.
Tras esos quince minutos, estridentes, ruidosos, puro rock&roll, el Atleti volvió a hibernar. Ayudaron los cambios de Simeone, que metió a Correa por Vitolo, Gabi por Costa y por último Gameiro por Thomas. Ninguno de los tres relevos aportó nada al equipo, lo que sí hicieron Modric e Isco en el Madrid. Los de Zidane aglutinaron de nuevo el balón y trataron de acorralar de nuevo a Oblak, que esperaba impertérrito los últimas exigencias de su trabajo. El Atleti jugó los últimos minutos como si fuesen una eliminatoria; el empate estaba bien para ellos y llegados a aquel extremo, lo defendieron como si ese fuese el verdadero triunfo. En el noventa, una falta infantil de Savic en la frontal propició un tiro libre de Ramos que Oblak sacó a córner en una parada mágica. No hubo tiempo para más, el Atleti registró resguardó su botín y se marchó del Bernabéu invicto por quinto año consecutivo. Atrás quedaron los tiempos en los que la derrota estaba asegurada. Superado el trámite del honor, el Atleti prácticamente finiquita su paso por la Liga con este empate histórico y centra toda su atención en la UEL, donde todavía tiene la opción de convertir esta temporada en gloriosa.
Foto: RUBÉN DE LA FUENTE