Griezmann y su final en casa

Hace 20 años, a escasos 70 kilómetros de Lyon, en Macôn, creció un principito que soñaba con triunfar en el equipo de sus amores, en proclamarse algún día el rey del Stade de Gerland. Un chico rubio, pequeño y falto de palabras que al coger un balón se transformaba en la sensación del barrio. Los campos verdosos y húmedos de la localidad se le quedaron pequeños y entonces, cuando el fútbol moderno aún no existía, el Olympique de Lyon le descartó por ser “bajito» tras superar la primera prueba de acceso.

Un palo que le ha perseguido toda la vida. Una decepción que pudo suponer el fin de un chico tímido que sólo regalaba sonrisas en el ámbito privado. Una resurrección que se produjo a base de goles en el Maconnais, donde la calidad siempre le ganó la partida a la altura. A los 13 años, la Real Sociedad sí apostó por el ‘rubio francés’, un zurdo que volaba sobre el césped y sentenciaba a todos los porteros que se interponían en su camino. Antoine empezó a crecer, a quemar etapas, a ser una estrella de la Liga española y, caprichoso el destino, su primer partido de Champions se produjo donde nacieron sus miedos: Lyon.

La cara y la cruz de una corta vida, el equipo de su corazón y el mayor desplante sufrido. Una mezcla de sensaciones que Griezmann mandó a paseo con una chilena histórica para clasificar a la Real Sociedad en la máxima competición europea. Un gallo que ya peleaba de tú a tú con los mejores, con una cresta y un rubio platino que marcaba tendencias. Un niño que se hizo mayor ante la grada en la que Antoine veía a sus ídolos años atrás, un gol que celebró como un adolescente enrabietado. Un remate que le impulsó al escaparate mundial.

El joven llegó a Madrid y a la selección. Se convirtió en el rey del Calderón, del Metropolitano y del Stade de France. Jugó una final de Champions, una de Eurocopa y no ganó nada. El gallo más temido del viejo continente ha madurado, no se cambia el peinado y marca golazos de todos los colores. El ‘7’ del momento se echa a un país a su espalda. El «bajito» vuelve a tener otra cita con el destino, vuelve a cruzarse con Lyon. Como hace 5 años. Ahora Griezmann es uno de los reyes del fútbol y puede ganar su primer título europeo en el lugar de su primera decepción. Una final para que los vecinos de Macôn estén orgullosos de su paisano, para ver como el “bajito” se sale con la suya, para hacer saber a ese ‘vidente’ ojeador lyonnais que los ‘pequeños’  pueden alcanzar las mayores metas.

 

Autor: Antonio Rodríguez

Periodista digital, de papel o de lo que sea, pero siempre reinventándome. Escribo sobre lo que me gusta y lo comparto con vosotros. De Almería. Música y mucho Atleti. Si se cree y se trabaja, se puede.

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