El diario de Heg (XVII) – Manías

29 de enero
Pésimo partido del Atleti en Vitoria. Moyá salva dos puntos. Pero no. No me siento mal cuando el Atleti empata mereciendo la derrota. Me siento mal cuando empata mereciendo la victoria, y eso también ocurre muchas veces. Soy así de egoísta. Si hablamos del juego en general, y no del resultado, entonces sí, es para sentirse como fatal.

30 de enero
No creo que el del Atleti sea un problema táctico. La táctica ha cambiado no sé cuántas veces esta temporada. Ayer jugaron en el centro del campo los jugones, sin Gabi. Gaitán, Koke, Saúl y Carrasco. Éso era lo que pedían muchos. Y fue un desastre sin igual. Si Godín salta mal y a destiempo, no es táctica, sino Godín. Si Vrsaliko es un coladero no es táctica. Si Gameiro está siempre en el lado contrario al balón no es táctica. Si Koke pierde un balón en el 89, baja al trote y no es capaz de hacer una falta, no es táctica. Si Carrasco pierde un balón de mala manera y provoca un último ataque al fin de la primera parte, no es táctica. Si Godín saca el codo a falta de cinco segundos para que concluya el tiempo añadido favoreciendo que el rival cuelgue un último balón en el área, no es táctica.

31 de enero
Cuando el balón entra un metro en la portería, y el perjudicado es el Madrid o Barça, el metro se convierte en kilómetro y la tecnología en imprescindible e indiscutible.

1 de febrero
Si a Nadal no le importar celebrar como una cotorra histérica los goles del Madrid al Atleti sabiendo que tiene cientos de miles de aficionados atléticos, perdonen, pero tengo todo el derecho a que me importen tres leches los partidos en que juega Nadal. Atentamente.

2 de febrero
Tú tienes a Messi, Suárez y Neymar. Yo no tengo nada ni parecido. Y no busquen más análisis ni superioridades. Orgulloso del Atleti de la segunda parte. Resignado ante los tres antes citados (y nada más) en la primera. Tenemos que ir al Camp Nou a morder. Eso espero. Y si perdemos, que sea mordiendo. Son mejores, pero que no sea un paseo.

3 de febrero
Siguiendo la tradición, hoy se genera el derecho universal a llamar a todos los atléticos maltratadores, al igual que en su momento se generó, ante la pasividad general cuando no el aplauso, a llamarnos asesinos. Entre tanto, afortunadamente, Lucas declara ante un juez gozando de las ventajas del estado de derecho en vez de ser apaleado públicamente hasta la muerte ante un gentío portando antorchas. Yo, en franca minoría, soy de los que prefieren esperar a una sentencia. Manías.

Autor: Víctor Hegelman

El atlético impertinente

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