El espejo roto
Guardiola ganó el duelo de estilos tan cacareado por todos en la última semana, pero lo hizo atrapado en una paradoja de la que los defensores del pensamiento único en el fútbol solo podrán salir remando en el barco de la hipocresía, atravesando el mar de ignominia que debería suponer para ellos defender algo y tener ahora que justificar lo contrario. Anoche, en el Metropolitano, perdió Simeone, perdió su estilo, cayó eliminado el...