En la vida de nuestro amado club ha habido innumerables momentos de gloria. Uno de ellos, aconteció en el partido de desempate de los octavos de final de la Copa de Europa de la temporada 1958/1959. El Atlético firmó una de las mejores páginas de su historia en Ginebra (Suiza). Los viejos aficionados todavía recuerdan aquella épica victoria que glosa mejor que nada la idiosincrasia rojiblanca; sobre todo, narran con devoción la sensacional actuación del extremo zurdo colchonero: Enrique Collar.
El At.Madrid había vencido por 2-1 al C.D.N.A. de Sofía (Bulgaria) en Madrid mientras que había perdido 1-0 en la capital búlgara. En aquella época, todavía no existía la regla por la que los goles fuera de casa valían doble en caso de empate en la eliminatoria. De este modo, se debió jugar un partido de desempate en campo neutral. El miércoles 18 de diciembre de 1958, el Atlético de Madrid venció por 3-1 al C.D.N.A. de Sofía en el Estadio Les Charmilles, sito en Ginebra. Fernando Daucik presentó este once: Pazos, Verde, Callejo, Mendiondo; Chuzo, Rafa; Miguel, Mendoza, Vavá, Peiró y Collar. El encuentro resultó pródigo en goles, penaltis, expulsiones y lesiones. Desde el comienzo, ambos conjuntos se lanzaron al ataque. Los eslavos se adelantaron en el marcador con el tanto de Dimitrov (17’). El Atlético se adueñó del balón y Vavá falló un penalti al filo de la media hora de juego. A los 39 minutos, el árbitro expulsó a Rafa por una fricción con un futbolista búlgaro. De este modo, el equipo de Daucik se quedaba con diez jugadores; menos mal que Vavá, al borde del descanso, empataba el choque con un magnífico tiro lejano.
En el intermedio, Daucik reorganizó su bloque. El técnico checo afrontó la segunda parte esperando a los búlgaros en su campo, pero sin renunciar al contragolpe, sobre todo, aprovechando el excelente juego de Enrique Collar. Nada más empezar la segunda mitad, el árbitro suizo, Mellet, anuló un tanto a Collar. El extremo rojiblanco sorteó a cuantos adversarios le salieron al paso, fue derribado fuera del área, pero se rehizo y batió al portero búlgaro en su salida; entonces, de forma incomprensible, el árbitro invalidó el tanto ya que no aplicó la ley de la ventaja al señalar la falta previa cometida sobre Collar. Los búlgaros buscaban el gol de la victoria, mas no podían penetrar en la ordenada defensa española. Para más desgracia, Callejo se lesionó faltando pocos minutos para el final con lo que el extremo derecho, Miguel, tuvo que ocupar el centro de la defensa. Así, con un Atlético con diez jugadores, incluido el lesionado Callejo, se llegó a la prórroga.
Los búlgaros pensaban aprovechar las debilidades del club español, pero entonces el Atlético sacó lo mejor de sí mismo y desbordó al conjunto de Sofía gracias a un excelso Collar. En el minuto diez de la primera parte de la prórroga, Collar se escapó de sus adversarios y sirvió el gol en bandeja al lesionado Callejo. Y en el minuto tres de la segunda parte de la prórroga, de nuevo, Collar se internó en el área búlgara y fue derribado con lo que el árbitro pitó el claro penalti. El brasileño Vavá demostró su clase y, pese haber fallado antes un máximo castigo, marcó el tercer gol del Atlético que certificaba el pase a los cuartos de final.
El técnico Daucik alabó a su equipo: “En mi vida he visto un encuentro más adverso como el que hoy se la ha presentado al Atlético; pero para superarlo se puso ese coraje admirable contra el que no ha podido hacer nada el árbitro, ni las expulsiones, ni las lesiones”. Enrique Collar se consagró en este choque. El periodista de “Marca”, Antonio Valencia, elogió la actuación del extremo rojiblanco: “Collar, el sensacional Collar de Ginebra, era la delantera del equipo español e hizo un memorable partido, tan memorable que ganó indulgencias para muchos encuentros posteriores”. Collar declaró emocionado: “El Atlético hizo el mejor partido que pudo hacer en toda su historia. Y yo, el mejor de mi vida”; además, el punta colchonero añadió: “Cuando Vavá falló el penalti, le abrazamos como si hubiera marcado”; también descubrió el secreto del triunfo: “La clave es el aliento que nos dábamos todos. Cuando uno cogía la pelota siempre tenía el apoyo de los restantes compañeros: ¡Aúpa Atleti!, ¡Adelante, Atleti!, ¡Animo, Miguel! ¡Muy bien, Callejo! Y así siempre, sobre todo, cuando fallábamos”.
El 20 de diciembre, numerosos hinchas recibieron a la expedición madrileña en la estación de Atocha. Los aficionados quisieron rendir homenaje a los héroes de Ginebra con Collar a la cabeza. Tras haber superado al Drucomdra (Irlanda), C.D.N.A. de Sofía (Bulgaria) y Schalke 04 (República Federal Alemana), el Atlético alcanzó las semifinales de aquella Copa de Europa. El R.Madrid de Di Stéfano le venció por 2-1 en el encuentro de desempate celebrado en Zaragoza.
Foto: colchonero.com