Supersticiones colchoneras

Muchas personas piensan que ser supersticioso es una tontería, una creencia efímera para sujetarte a algo que te ha dado suerte o para evitar un acontecimiento negativo. Sin embargo, ese no es el caso del Atlético de Madrid, un club que a lo largo de su historia ha creído fielmente en estas convicciones.

Botes al balón y trajes negros

De hecho, en la actualidad conviven varias de ellas, como la costumbre de Simeone de estar botando el balón con la mano en el vestuario antes de un partido, para dárselo al capitán y que este haga exactamente lo mismo. Así lo contó Siqueira en una entrevista para AS, algo que podemos corroborar perfectamente cada vez que las retransmisiones pinchan la cámara dentro del vestuario y se ve al técnico argentino acometiendo su «ritual».

Siguiendo la línea del entrenador más laureado de la historia del Atlético de Madrid, todo el mundo se habrá fijado en su gusto por los trajes de color negro. Desde los primeros meses que estuvo al cargo del equipo, Simeone en la mayoría de ocasiones ha vestido un estilo de indumentaria elegante y refinada. Es cierto que en pretemporada podemos verle con otro tipo de ropa a causa de las temperaturas, pero es comenzar el curso y ponerse sus trajes oscuros.

El Simeone más musical

Y si pensaban que esto era lo único que Simeone llevaba a rajatabla, he de decirles que no. Y es que hasta la música antes de los partidos puede llegar a ser diferencial para el devenir de un encuentro para el argentino. Rescatando una vez más las anécdotas que contó Siqueira en AS, en el Atlético de Madrid siempre hay una playlist predeterminada con una serie de canciones de diferentes géneros.

Un día, en la preparación de un encuentro, los altavoces se detuvieron y el Cholo, enloquecido, pidió a gritos que volvieran a poner rápidamente la música. «Parecía que era ya el 1-0 en contra y gritaba ‘¡pon la música!’ Yo decía ‘cálmense, somos nosotros los que salimos al campo…'», contó Guilherme. No es de extrañar que, para el jugador, el del Cholo «el cuerpo técnico más supersticioso que he visto en la historia del fútbol, nunca vi nada igual«.

Luis Aragonés y el amarillo

Otro histórico entrenador del Atlético de Madrid que tuvo una manía muy recordada fue Luis Aragonés. En su caso, el color amarillo lo asociaba con lo negativo, la mala suerte y con los presagios desfavorables. Tanto era así que, según Toni Muñoz, futbolista colchonero que tuvo al Sabio de Hortaleza como técnico, no podía ver bajo ninguna circunstancia y en ningún elemento el amarillo. De hecho, si un amigo suyo acudía a un entrenamiento con algo de ese color, y el partido del fin de semana no se ganaba, no volvía a pisar la ciudad deportiva. Paradójicamente, en sus últimos en los banquillos del Vicente Calderón, Luis Aragonés tuvo que ver cómo sus jugadores vestían equipaciones donde el amarillo tenía mucha presencia. Algo que, por seguro, no le tuvo que hacer nada de gracia.

¿Una nueva superstición?

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Los jugadores del Atlético de Madrid celebran el gol de Correa en San Mamés. Fuente: GettyImages

No nos alejamos de las vestimentas, y es que recientemente ha surgido una nueva creencia en torno a la segunda camiseta del Atlético de Madrid de esta misma temporada. Ya son cuatro victorias en cuatro partidos los que el club colchonero ha logrado sumar vistiendo de color gris: 0-1 ante el Athletic Club, 0-2 contra el VIC, 1-2 en París y recientemente el 0-1 sacado de Son Moix. Muchos creen que esta equipación tiene algo especial que ayuda al equipo a conseguir victorias importantes, y que se debería usar más que la primera o la tercera cuando se juegue lejos del Metropolitano.

Y qué quieren que les diga, conociendo a Simeone, no me extrañaría que estuviéramos ante un nuevo caso de superstición.

Autor: Nacho Martínez

Estudiante de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Granada. Redactor en páginas web como Diario UF, GranadaCFWeb, AtleticoSport o Agente Libre, y actualmente hablando y opinando sobre el Atlético de Madrid en La Vida en Rojiblanco y Esto es Atleti.

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3 Comentarios

  1. La superstición no solo es mala, sino demoníaca. Es una ofensa a Dios mismo por la idolatría que supone. Denota inseguridad por no confiar en Quien se debe. Es como la brujería o el espiritismo, muy pernicioso y que atraerá muchos males a quienes los practican insensatamente por no creer en la existencia del demonio y el infierno. No hay futuro para ningún quiromante que no sea el infierno si persevera en no abandonar esas supersticiones, especialmente si arrastra a otros a su insensatez. Las personas sensatas solo son fieles a la Verdad, que es Cristo, como todos los santos de todas las épocas. No hay buena ni mala suerte. Todo tiene un sentido trascendente, especialmente el sufrimiento o Cruz.

    Lo que cualquier aficionado puede constatar en las pocas imágenes que van quedando de los partidos del Atlético de Madrid (y de muchos otros equipos, prácticamente todos los españoles, y de la selección), desde el pasado, es que tanto futbolistas, como técnicos, salían al campo santiguándose, encomendándose a Dios Nuestro Señor antes de cada partido.
    Y, desde luego, a ninguno se le pasaba por la cabeza culpar a Dios de sus derrotas, por muy amargas que fueran, como fanáticos que esperan que Dios transforme las piedras en panes cuando tienen hambre, les lleve en volandas si se tiran desde un rascacielos tentando toda sensatez o los nombre presidentes, amos, reyes, señores y jefazos de USA y del mundo mundial entero enterito porque ellos lo valen y lo merecen según su criterio autocentrado y que le evite morir, sufrir, envejecer, arruinarse, perder su reputación, etc. o si no «no te quiero» (como diría un niño a su papá si no le compra el capricho de turno).
    Había en tiempos un respeto por Dios riguroso en el mundo del fútbol. Desgraciadamente, en la actualidad, son pocos, e incluso ninguno los que lo hacen, atrayendo desgracias sobre todo el fútbol, sobre sí mismos, sus familias, espectadores y sobre los demás. Luego vendrá el llanto y el rechinar de dientes. La soberbia asesina almas. Incluso hay no pocos futbolistas son seguidores del falso profeta Mahoma y su satánico islam, tan pernicioso, y también protestantes de todo jaez. Pero predomina el peor elemento, el ateo, contra Cristo.

    En los vestuarios del Atlético de Madrid en el Estadio Vicente Calderón (ignoro si en el Metropolitano hay algo igual actualmente, me temo que no), tenían una imagen de la Santísima Virgen María y en el pasado se rezaba antes de comenzar los partidos hasta llegados los años ochenta. Además el equipo tenía un capellán católico que bendijo el estadio en 1966, como tantos estadios actuales de otros equipos también están bendecidos. Ignoro si el Metropolitano tiene esa bendición, aunque Gil Marín y Cerezo si parecen ser católicos (menos mal para el club).
    El Sporting de Gijón, por ejemplo, tenía hasta hace poco esa sanísima y santa costumbre de rezar antes de los partidos en el vestuario, jugadores, entrenador y técnicos reunidos, costumbre que erradicó insensatamente un entrenador ateo apellidado Rubí. Ay del que crea que sin Dios se puede hacer algo.
    A comienzos de los años noventa, el Atlético de Madrid perdió un jugador católico extraordinario, muy bueno y muy devoto, el hispano brasileño Donato. Su puesto no fue suplido de modo conveniente hasta la llegada de Tiago, casi dos décadas después, en una parcela del campo crucial para el equilibrio del equipo. El Atlético se resintió de esa pérdida que fue muy inesperada, pues el jugador parecía muy contento aquí, y me temo que una ofensa a Dios pudo ser el detonante de su salida del club, entonces poseído por Jesús Gil y Gil (q. e. p. d.). No es buena tarea ofender a Cristo en sus fieles si se quiere lograr la bendición a la buena marcha de una empresa, en este caso un club de fútbol. Dios todo lo puede, pero a los soberbios los despide con las manos vacías.

    Ahora, es dudoso que existan jugadores en la plantilla que sean respetuosos con Dios en el mundo que les ha tocado vivir (que requiere gente valiente y humilde en medio de un océano de soberbia y cobardía suicida), alguno habrá, espero.
    Simeone ha hecho alusión a Dios agradeciéndole la victoria en varias ocasiones, con lo cual esas manías suyas pueden ser, como las de no pocos, intrascendentes y no pueden ser calificadas de superstición, que es algo muy malo y muy serio. El color negro en el vestir o el azul marino, es, o ha sido, muy frecuente en los hombres de toda la vida, especialmente en los trajes. Son colores discretos. Son las mujeres las que usan colores más vivos. Pero no es superstición vestir de negro como llevar uniforme o hábito.

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    • Vaya tela. Si lo suyo con su Dios no es superstición… que venga Dios y lo vea! jeje

      Más ciencia y menos supercherías, por favor

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  2. Ya esta el predicador satánico demoníaco en un foro del atleti… esto es de risa

    Vete ha hacerte tu masturbacion mental a la iglesia, aqui no pintas nada

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