La historia moderna del Atlético de Madrid no se podría entender sin Diego Pablo Simeone. Cambió por completo el rumbo de un equipo que iba a la deriva a base de esfuerzo, trabajo y paciencia. De caer eliminados en las primeras fases de la Copa del Rey ante un rival muy inferior como lo era aquel Albacete en 2011, a vivir la etapa más laureada del club en su historia.
8 títulos (3 de ellos europeos) han llegado bajo la tutela del técnico argentino, quien en cada partido que juega el Atlético de local es coreado por la afición al son de «Ole ole ole Cholo Simeone». Un cántico que se ha convertido en el pan de cada día en el Metropolitano, como lo fue en su momento en el Vicente Calderón cuando disfrutaban de Simeone tanto de jugador como de entrenador.
Es considerado como una de las imágenes más carismáticas de la liga española en las últimas décadas. Su paso por el Sevilla y por el Atlético de Madrid mostró a un futbolista lleno de garra, energía, lucha y defensor de los colores de su equipo por encima de cualquier cosa. Algo que ha trasladado a los banquillos, dejando siempre imágenes para el recuerdo con su característica forma de dar indicaciones y de vivir el partido con tanta exaltación. Después de tantos años en España parece que sabemos todo sobre Simeone pero, ¿por qué le llamamos «Cholo»? ¿Conocemos el origen de su mote? Si no es tu caso, tranquilo, que hoy te lo explico.
La historia, de primera mano
Todo comenzó con Carmelo Simeone, el primer «Cholo», un laureado defensa argentino que vivió una de las mejores épocas de Boca Juniors. En sus inicios, confesó que a su madre no le gustaba el nombre que eligieron para él, y decidió llamarle «Cholo». Un apodo que terminó acompañándole toda su carrera futbolística en la que destacó por ser un zaguero intenso, con pasión, garra y fuerza sobre el césped, y que se jugaba la vida en cada partido.
Años después, Carmelo Simeone coincidió con su antiguo entrenador en Vélez, equipo donde comenzó su carrera. Allí, Victorio Spinetto le habló sobre un joven futbolista de 17 años llamado Diego Pablo: «¿Ves a ese jugador? Se llama Simeone como vos, y lo apodo Cholo por vos. Tiene tu mismo carácter. Es un ganador y va siempre de frente, como ibas vos«, le dijo el técnico argentino.
Y al igual que le sucedió a Carmelo, a Diego Pablo Simeone también le acompañó dicho apodo por el resto de su carrera como jugador y entrenador. E incluso a sus hijos siempre le decían «los cholitos» cuando empezaron a dar saltos importantes en sus carreras en los casos de Giovanni y Giuliano. De esta manera, podemos decir que el actual entrenador del Atleti cogió el relevo de dicho apodo una vez que Victorio Spinetto, en honor a Carmelo Simeone, le apodara como «Cholo«.
Confusiones graciosas en Argentina
Algo curioso que deja esta historia es que, pesar de compartir tantas causalidades, no compartían ningún lazo de sangre, a pesar de las confusiones que había entre muchas personas en Argentina. De hecho, el propio Carmelo contó que, una vez Diego Pablo se convirtió en una figura famosa, mucha gente le paraba en la calle felicitándolo por lo bien que juega su hijo al fútbol. Él, con una sonrisa en la cara, siempre explicaba que la realidad era que apenas se conocían.
Así es como se dio origen a uno de los motes más recordados en la historia del fútbol. Quién sabe si sus hijos, u otro futbolista en el futuro con su mismo apellido, seguirán honrando el apodo del «Cholo» en lo más alto del fútbol mundial como lo hicieron en su momento Don Carmelo Simeone y Don Diego Pablo Simeone.
8 septiembre, 2024
«De caer… a vivir». No ha.
Vosotros podéis editar vuestros artículos. Nosotros no nuestros comentarios. ¿Por qué no corregís esos errores impresentables ?
Y el ejemplo tan manido de la eliminación con Albacete, no sé muy bien por qué lo repetís tanto. Porque siendo incuestionable todo lo demás, con el Cholo hemos sido eliminados también con equipillos de segunda B, Cultural, Cornellá…
9 septiembre, 2024
¡Corregido! Gracias por avisar. Somos humanos y podemos errar a pesar de tener experiencia redactando artículos. Creo que no se debería quedar con lo malo, sino en apreciar la historia que le contamos. Un saludo y perdone las molestias.