“No creo que Simeone esté corriendo por su casa feliz de tener que enfrentarse al Liverpool”. Con esta irónica frase valoraba Jürgen Klopp el emparejamiento entre el Atlético de Madrid y el conjunto ‘red’ en los octavos de final de esta Liga de Campeones. El técnico germano tiró de su característico sentido del humor para reivindicar el potencial de su equipo ante un enfrentamiento de tanta entidad. Y es que no es habitual ver al entorno del vigente campeón de Europa reaccionar con tanta amargura a las vicisitudes del azar. Más aún, teniendo en cuenta el impresionante historial de resultados que está cosechando el cuadro de Merseyside durante esta temporada. Pero así fue.
Cierto es que Madrid trae muy buenos recuerdos a la afición de Anfield. No en vano, el cruce entre rojiblancos y ‘reds’ supondrá el regreso del Liverpool al estadio donde conquistó su sexta Champions el pasado mes de junio. Sin embargo, tanto Real Madrid como Atlético de Madrid se presentaban como dos de los equipos más complicados del bombo 2. Y aunque el optimismo es innegable en la emblemática ciudad de The Beatles, a orillas del Mersey no se fían del Atleti.
A los británicos, como a Sabina, les sobran los motivos. La escuadra dirigida por Klopp sabe que el Atlético de Madrid es un caramelo envenenado. Ni siquiera la irregular campaña de los colchoneros y la inmejorable temporada de los ‘reds’ invitan a pensar en una eliminatoria asequible. Todos son conocedores de la complejidad que conlleva medirse a un equipo de Diego Pablo Simeone a doble partido. Únicamente el Real Madrid de Zinedine Zidane y la Juventus de Massimiliano Allegri han conseguido doblegar al Atleti del ‘Cholo’ (no sin dificultades) en eliminatorias continentales. De ahí que en la mitad roja de Liverpool miren el cruce de octavos con mucha cautela.
Cabe destacar, además, que los precedentes entre Liverpool y Atlético de Madrid traen mejores recuerdos a los españoles. El último duelo entre ambos conjuntos se remonta al 29 de abril de 2010, cuando el Atleti de Quique Sánchez Flores hizo bueno el 1-0 de la ida gracias a un gol de Diego Forlán en la prórroga. Aquel 2-1 en la vuelta de las semifinales de la UEFA Europa League significó el pase del Atlético a su primera final europea en 36 años. Su posterior victoria en Hamburgo frente al Fulham iniciaría la década gloriosa de los colchoneros: trece finales (dos de Champions incluidas), nueve títulos y el período más exitoso de la historia de la entidad.
Los tiempos han cambiado mucho desde entonces, pero las connotaciones que rodean a la eliminatoria no son tan distintas para el Atleti. En el seno de la parroquia colchonera son conscientes del punto de inflexión que supondría doblegar al vigente campeón de Europa. No sería la primera vez que lo logran, pues ya tumbaron, contra todo pronóstico, al Barcelona del ‘triplete’ en los cuartos de la Champions 2015/2016. Aquella temporada tampoco tuvo un comienzo asequible para los rojiblancos. Los fichajes en la delantera (Jackson Martínez y Luciano Vietto) no funcionaron y la renovación que había llevado a cabo la dirección deportiva no surtía efecto. Meses después, el equipo llegaba a la final de la Liga de Campeones.
A ese antecedente quiere agarrarse el Atlético de Madrid para tumbar al que es, ahora mismo, el mejor equipo de fútbol del planeta. Pocos son los ingenuos que apostarían su dinero por los hombres del ‘Cholo’ a día de hoy. Sin embargo, con dos meses todavía por delante, parece demasiado aventurado dar por muerto al cuadro de Simeone. Porque el Atleti tiene razones para creer. Nadie se desenvuelve mejor que los colchoneros cuando se cubren con piel de cordero. Más si cabe, contra equipos acostumbrados a atacar los espacios y obligados a llevar la iniciativa. Muntari o Rummenigge ya saben lo que es subestimar al conjunto rojiblanco antes de tiempo. Ni Klopp ni el Liverpool quieren cometer el mismo error.
20 diciembre, 2019
Todo ese panorama es muy bonito, hasta idílico. Sobre el papel hay que agarrarse a lo que sea para generar ilusión, y más de cara al exterior, pero de puertas adentro la cosa cambia.
Esta competición adulterada exige a casi todos los equipos tener una eficacia máxima, y aún así, dependiendo del peso que tenga el nombre del equipo en la UEFA, tendrá que luchar contra las decisiones arbitrales. No es un invento, lo vemos año tras año. La Champions es un negocio muy suculento y no hay ni regalos ni concesiones a los de abajo.
Ahora mismo, el nivel de juego del Atleti es claramente inferior al del Liverpool, en casi todos los aspectos, no se puede negar y eso, suele ser definitivo en eliminatorias para equipos con poco peso en Europa.
Pero se puede soñar todo lo que se quiera, algunos lo hacen imaginando a un Atleti que juegue como un bloque consolidado que no de opción al Liverpool, otros a un Atleti convertido en una máquina de marcar goles, de juego ofensivo, etc.
Yo, puestos a imaginar, me imagino a un Atleti jugando como hasta ahora, pero al árbitro permitiendo que Felipe saque un balón con el codo dentro del área para evitar que un peligroso tiro de Salah llegue a porteria, me imagino al árbitro permitiendo a Thomas seguir en el terreno de juego tras mandar al hospital a Salah, me ilusiona imaginar al guardameta Allison fallando estrepitosamente y poniendo en bandeja el gol a Joao Félix, y, ¿por qué no?, imaginar finalmente que el Atleti se clasifica para la siguiente ronda con el apoyo unánime de los medios de comunicación.
21 diciembre, 2019
Esa historia la conozco, lo único que el protagonista no fue nuestro Aleti::))).
Saludos.