Primavera en Sevilla

Febrero es un mes insulso en Sevilla, el protagonismo se lo lleva Cádiz en vísperas de un marzo monopolizado por la Semana Santa y abril, con la feria. Normalmente, la despedida del invierno es gris, sin el ambiente que le da la Navidad a la capital hispalense ni la alegría primaveral que llega en marzo y copa los alrededores del Guadalquivir de estudiantes que aplazan sus estudios en tardes cerveceras y soleadas que incitan a sacar la ropa de verano del armario.

Pero este año, la alegría se ha adelantado. No sólo por las temperaturas que estamos soportando en el sur donde empieza a sobrar el abrigo. Tampoco porque el Betis despierte más entusiasmo que de costumbre. La ilusión tiñe el barrio de Nervión en una temporada que en Liga tiene peor pinta que las anteriores, sin embargo, el rumbo a la deriva que se preveía con Berizzo se ha corregido por completo a base de competiciones coperas.

A pesar de que el equipo actualmente está más lejos de la Champions que cuando lo cogió Montella (cinco puntos por los siete que le separan ahora del Valencia) y por supuesto del Atlético al que separaban siete puntos mientras ahora lo hacen 16, en el seno sevillista se palpa que ahora son capaces de ganarle a cualquiera. Y eso que el italiano también ha tenido lunares muy negros en los meses que lleva dirigiendo al equipo como la derrota en Ipurúa.

El fútbol son estados de ánimo mucho más que resultados, y el Sevilla tiene la moral por las nubes aunque no haya encontrado la regularidad que le permita competir en la competición liguera. Precisamente, el inicio tuvo al Atlético como protagonista. No se sabe aún si por demérito de los colchoneros o por mérito de los sevillistas, el equipo de Montella después de una mala racha consiguió pasar una eliminatoria en la que no partía con pocas opciones. Por una cosa u otra, el Sevilla compitió y ganó ambos partidos y por ello, tras eliminar posteriormente al Leganés, tiene una cita en abril con un título en juego.

A partir de ahí, victorias en liga y probaturas que se han ido afianzando, como Navas en el lateral, Sarabia con los galones ofensivos, mayor regularidad de un Correa con confianza, mejores actuaciones de Sergio Rico y sobre todo, la mejora de rendimiento de Muriel que se va asimilando a lo que se esperaba de él cuando el Sevilla hizo el mayor desembolso de su historia. Todo ello plasmado en un gran partido, aunque sin pegada, frente al Manchester United que ha hecho a los sevillanos creer.

Con mayor descanso y sin partido la próxima semana, sería raro ver las multitudinarias rotaciones a las que nos tenía acostumbrado Berizzo y más todavía cuando el Sevilla necesita apurar las opciones de clasificarse para Champions en una segunda vuelta en la que recibe a casi todos los rivales de la parte alta en su feudo.

Sólo el Betis ha sido capaz de salir victorioso del Sánchez Pizjuán en lo que va de temporada. Un estadio que no se le da especialmente mal al Atlético, a pesar de la derrota de la temporada pasada, la única que ha sufrido Simeone como técnico en Liga. Tras el trámite de la Europa League, querrá prolongar su racha de siete partidos sin perder que han provocado que la Liga se ajuste y ahora sea un objetivo real y posible para los del Cholo que en esta semana, en la que visita Sevilla y Barcelona, terminará de ver sus opciones.

Autor: Emilio Cabrera

Cañailla afincado en Sevilla y del Atleti. Estudiante de Periodismo

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