Fuera ya de la vorágine que fue el final del curso pasado en el Atlético de Madrid y a la luz de ciertas informaciones que viene conociéndose en las últimas semanas, pueden ya mirarse las cosas con una cierta perspectiva y concluir que uno de los mayores logros de Simeone al frente del Atlético de Madrid, aunque ni mucho menos el mas mediático, ha sido clasificarlo en segunda posición en la temporada 2018-19: entre otras circunstancias, jugadores que ya habían firmado por otros clubes (ya sea con luz y taquígrafos o por la espalda), jugadores pensando solamente en su ego y/o situación personal, cuando no ‘borrándose’, mal ambiente en el vestuario por unas u otra razones, algo casi nunca visto con el argentino.
Y es que, desde principios del año 2019 hasta hace pocos días, parecía que el cielo se iba a caer sobre el Metropolitano, que el ciclo de Simeone había terminado, que el Atlético no podría sobreponerse a la marcha de hombres que han sido santo y seña de este club en la etapa mas gloriosa del mismo, que la directiva (y quien me conozca sabe que no son santo de mi devoción) iba a seguir enriqueciendo de forma grosera sus bolsillos con las ventas acaecidas en los últimos meses y que en la temporada 2019/20 íbamos a luchar poco menos que por no descender a LaLiga SmartBank, nombre de nuevo cuño para la Segunda División (cosas del marketing, Tebas y los patrocinios).
Por concretar y sin detenernos hoy en los pormenores de cada salida, Juanfran, Godin, Lucas, Filipe Luis (la defensa cuasi-titular completa), Rodri (el que estaba llamado a ser eje del equipo para los próximos diez años) y Griezmann (teórica estrella del equipo, jugador mejor pagado de la historia del club y su quinto máximo goleador histórico) estuvieron en la pretemporada 2018/19 y no lo están en la de esta campaña: para desanimar a cualquiera. A cualquiera, menos a Simeone. Y, por ende, al Atlético. Porque el Atlético de hoy es Simeone, que nadie se engañe. Y Simeone (el Atlético) cuando se cae, no se queja, no reparte culpas, no mira al empedrado, no; Simeone (el Atlético), cuando se cae, se levanta y vuelve a competir. Y esto, que tantas veces hemos visto tras una derrota dura, adquiere aun mayor relevancia cuando no hablamos únicamente del impacto de una derrota o de una eliminación, por difícil que esta sea, sino que hablamos del enorme impacto que es (o podía haber sido) el de la marcha, a la vez y tras las de Torres y Gabi en veranos pretéritos, de varias piezas clave en el equipo en los últimos años.
Pero hete aquí que, al margen del trabajo de Simeone y su equipo técnico en el césped, el muchas veces criticado Andrea Berta ha hecho – o está haciendo, porque el mercado aun no ha concluido – un trabajo sensacional en este mercado de verano, con la anuencia de Gil Marín, por supuesto (que en club no se mueve un dedo sin que lo sepa su consejero delegado), pero excelente trabajo, al fin y al cabo. Y hay algunos datos, objetivos, que avalan esta teoría y este gran trabajo como pueden ser haber traído a Héctor Herrera a coste 0 (señal de que la operación venía gestándose hace tiempo) haber conseguido configurar una defensa completa por apenas 7 millones de Euros más del dinero se obtuvo por Lucas (Trippier, 22 + Felipe, 20 + Mario Hermoso, 25 + Lodi, 20 = 87) o tener, a fecha de hoy, un balance positivo de ingresos-gastos, aun a expensas de la venta de Ángel Correa, si es que esta se produce finalmente.
Pero, mas allá de los números y sin tratar en absoluto de desmerecerlos, hay otros intangibles que demuestran el buen trabajo hecho y lo que se ha movido/está moviendo el Atlético; y como muestra un botón: según nos transmitió la prensa, las negociaciones con el Espanyol por Mario Hermoso fueron largas y duras, con el equipo barcelonés exigiendo, incluso, la clausula de rescisión de 40 millones de Euros por un jugador que concluía contrato en 2020. El Atlético espero, se mantuvo firme y dejo que la operación fuese ´madurando. En paralelo, la prensa también nos informaba de que el Atlético podría estar interesado en el central del Athletic Club de Bilbao Yeray Alvarez. Casualidades de la vida, el mismo día en que se hace público el fichaje de Mario Hermoso por el Atlético de Madrid, se anuncia la renovación de Yeray por el Athletic Club. Conclusión: la dirección deportiva del Atlético de Madrid, en las negociaciones que está llevando a cabo este verano maneja varias alternativas, mide los tiempos y no se impacienta; no se queda descubierta si falla la primera alternativa y, dentro de un orden, si no viene la primera opción, habrá de ser la segunda, la diferencia no habría de ser muy grande.
Y la ´partida de ajedrez´ se viene librando en el tema James Rodríguez parece cortada por los mismos patrones, aunque en este participen muchos más actores (Pogba, el Manchester, el Napoli…); uno sospecha que, al final, acabará llegando pero, caso de no ser así, estoy seguro el Atlético y Andrea Berta tienen ya preparada la alternativa correspondiente, máxime si Ángel Correa acaba saliendo destino Milanello.
Y un último dato, no menos importante: en donde en otros veranos, las negociaciones se alargaban hasta el infinito (léase, hasta el final del verano) por ahorrarse algunos Euros, privando así a Simeone de poder trabajar con la base del equipo casi desde el principio, este verano ha sido totalmente diferente: salvo los jugadores con compromisos internacionales (Arias, Giménez y Thomas) y algún fichaje de última hora probablemente llegue, Simeone ha podido contar prácticamente con todo el plantel desde los primeros días de preparación. Y esto (y realizar la pretemporada, otra vez, en Los Ángeles de San Rafael) es un factor clave para el técnico argentino.
La temporada oficial dará y quitara razones y uno tiene algún interrogante táctico que el tiempo deberá esclarecer pero, con lo visto a día de hoy, creo pocos peros ‘peros’ pueden ponerse este año al trabajo de la dirección deportiva.
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