En 1912, el Athletic Club de Madrid continuaba jugando en su primer campo en la avenida de Menéndez Pelayo junto a las tapias del Retiro, pero el club necesitaba urgentemente un nuevo estadio cerrado y con mayor aforo porque el viejo campo del Retiro se había quedado pequeño y anticuado. La Sociedad madrileña precisaba dar un salto de calidad con un nuevo terreno de juego vallado para aumentar los beneficios económicos con la venta de entradas. A mediados-finales de 1912 comenzaron las obras del estadio del Athletic. Julián Ruete fue el principal animador de esta construcción con su perseverante empuje y su firme tesón, no obstante, resultó bastante laborioso para la entidad rojiblanca afrontar los gastos que suponían la edificación de un nuevo recinto deportivo. La situación financiera del club madrileño no se encontraba en una situación boyante ya que no había superado las dificultades económicas que venía arrastrando desde hacía varios años. Un antiguo directivo del At.Madrid, Fernando de Guezala, explica como se salvaron estos obstáculos:
“Para llegar a esto, ¡con cuántas dificultades se luchó por no disponer el Club del numerario preciso para cercar el campo! Pero, como siempre, el Athletic encontró su ángel tutelar en nuestro querido compañero, recientemente fallecido, Manolo Rodríguez Arzuaga, que abonó las 30.000 pesetas [ese dinero en 1912 constituía una verdadera fortuna] que costó la madera de la, para nosotros, tan enorme valla de 600 metros lineales. Madera que, todo hay que decirlo, resultó sumamente barata debido las gestiones realizadas por otro benemérito directivo y entusiasta aficionado, Federico Linnoe, noruego de nacimiento, pero español de adopción, el cual, llegado de Bilbao como empleado de una Compañía maderera nos hizo un precio especialísimo”.
O’Donnell representó uno de los primeros campos vallados de España y, sin lugar a dudas, el mejor de Madrid. Su aforo rondaba los 10.000 a 12.000 espectadores. El terreno de juego era de tierra dura y arcillosa (el primer campo de hierba en Madrid lo disfrutó el Racing de Madrid en el Paseo Martínez Campos en 1921). Su entrada se encontraba en unos desmontes que nacían en la calle de O´Donnell y limitaba con las calles Narváez, Menorca y Lope de Rueda. Manuel Rosón sitúa el campo en el Madrid de la época:
“La portería predilecta, la de casa, estaba más allá abajo en la que hoy es la calle de Menorca. La preferencia estaba situada a la derecha de ésta perspectiva inicial, en lo que era a la sazón vertedero, frente a la parte trasera de la imprenta “El Radical”, aneja al hotel don Alejandro Lerroux. Entre esta edificación y la valla pintada de blanco, estaba lo que en los planos de Núñez Granés figuraba como calle Lope de Rueda. Allí estaban las casetas y un tribunita bastante raquítica para las grandes solemnidades. Posteriormente, al crearse la sección de tenis, se amplió el recinto buscando la única expansión posible: hacia los altos de la calle Narváez. Las pistas estaban poco más o menos, en los alrededores de lo que ahora es la imprenta de “Pueblo”, a lo largo de la actual calle de Ibiza. Desde allí se dominaba ese campo triste y árido que son los altos de Vallecas. […] En su parte norte limitaba con una vieja y derruida tapia, que fue en su día prolongación del Retiro. Cabían sin agobios diez o doce mil espectadores. A su izquierda, en un hotelito que es ahora “Colegio de la Sagrada Familia”, estaba la Embajada de China. Y donde en la actualidad están un garaje y una dependencia del Ministerio del Aire, había una modesta prominencia de tierra, que los chicos denominábamos pomposamente la montaña rusa. Aquello era un honorable tendido de sastres”.
El campo de O´Donnell modificó de forma sustancial la vida del Athletic. Se trataba de un campo cerrado con lo cual para presenciar los partidos había que pagar la cuota anual de socio o bien adquirir una entrada en cada encuentro. El número de socios creció notablemente lo que ayudó a sanear la debilitada economía del club desde antes de la llegada de Ruete a la presidencia. Un gran campo hace un notable equipo y así sucedió en el caso rojiblanco. El Athletic se erigió de año en año como unos de los mejores clubes de España. Además, el nuevo recinto deportivo rojiblanco acogió no sólo partidos de fútbol sino también competiciones de tenis, hockey, atletismo, béisbol y rugby; este hecho demuestra la vocación del Athletic por los deportes no sólo por el fútbol.
El partido inaugural de O’Donnell se celebró el 9 de febrero de 1913. El Athletic Club de Madrid perdió por 4-0 contra el Athletic Club de Bilbao en un O´Donnell lleno; Cortadi, J.M. Belauste y Pichichi (2) marcaron para los vascos. El diario “ABC” publicó esta crónica:
“Ayer tarde se estrenó el hermoso campo del Athletic Club de Madrid, situado en la calle Narváez. Gran entusiasmo había por ver jugar al Athletic Club de Bilbao, y lo confirmó el numeroso público que asistió al campo. El partido, sin embargo, dada la superioridad del Club Bilbaíno, no fue todo lo interesante que era de esperar.
Los de Bilbao, no obstante desconocer el terreno de juego donde pisaban, desde el primer instante se hicieron los amos del juego, y consiguieron ver el balón cuatro veces en la red contraria y lo hubieran visto más veces, a no ser por sotos [disparos] que dieron en los postes. De este Club, se distinguieron los backs [defensas] Hurtado y Solau; la línea de medios, Iceta, Belaustegigitia y Eguía, y de los delanteros, Moreno y Ramón Belaustegigitia.
Al Athletic de Madrid le encontramos desanimado, y sólo algunas arrancadas pusieron en peligro la meta bilbaína, aunque también diremos en su descargo que en nada les favoreció la fortuna en los momentos decisivos. Sobresalieron en él los medios Mandiola y Goñi, que trabajaron mucho, y Aspe que al cambiarse al extremo avanzó bien la línea en varias ocasiones.
Total: victoria de los bilbaínos por cuatro a cero.
Para hoy se ha concertado un partido entre el equipo bilbaíno y el Español F.C. de Madrid en el mismo campo”.
Además, hay que reseñar la alineación del conjunto madrileño en aquel histórico partido: Irazusta (portero suplente, Lasquíbar), Pérez, Allende; Mandiola, Arango, Goñi; Elorduy, Zuloaga, Palacios, Aspe y Alejandro Smith. Por el Athletic Club de Bilbao jugaron: Murga, Solaun, Hurtado; Iceta, Josemari Belaúste, Eguía; Ramón Belauste, Dapousa, Pichichi, Cortadi y Pinillos.
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