Tras acabar la pasada campaña, la sensación que nos podía rondar era la de que este equipo, tras las incorporaciones de Vitolo y Costa, con un par de retoques y con toda la pretemporada, podía funcionar bastante bien. Tras 12 jornadas con esos retoques, el panorama es extraño. Ni es desolador, ni es ilusionante. Los números hablan del peor Atlético de Simeone a estas alturas pero también nos dicen que, junto a la temporada 13/14, es el que está más cerca del líder.
El equipo no parece ser la roca de antaño aunque defensivamente sigue funcionando bastante bien, de eso no hay duda. El principal problema está en la parcela ofensiva que está sobreviviendo como puede sin la figura de un goleador claro que al que todos imaginábamos encarnado en la figura de Diego Costa. Un Costa cuyas cifras en Liga (0 goles) contrastan con las de Europa (3 goles en 4 partidos) y más aún con los números que presentaba a estas alturas cuando fue la punta de lanza de un conjunto que acabó conquistando el campeonato, 13 goles que eran acompañados por los seis de Villa. La delantera no sólo sumaba sino que era decisiva.
El año anterior, el baluarte fue Falcao, con 12 goles a los que había que sumar uno del propio Costa y otro de Adrián. Sin Diego Costa ni el colombiano, queda el recuerdo del fracaso de Mandzukic, un fracaso que tras una docena de partidos no era tal ya que el croata sumaba seis goles que junto a los tres de Griezmann y uno de Jiménez, hacían 10. Misma cifra sumaría la delantera siguiente aunque más repartida. Griezmann, único superviviente, volvía a acumular 3, mientras que Vietto con uno y Jackson, Torres y Carrasco con dos cada uno, añadían el resto.
Se fueron Vietto y Jackson y llegó Gameiro. El inicio de campaña fue un boom goleador, entre otras cosas marcado por el 7-1 al Granada que ayudó a los números de Carrasco. El belga sumó cinco dianas en 12 encuentros, las mismas que Gameiro y una menos que Griezmann que vio en 2016 su mejor arranque. Además, Torres aportaba dos goles más.
Ya durante la pasada temporada, la delantera dio síntomas de no estar a la altura. El equipo en total sumaba los mismos goles (16), pero las cifras de los atacantes eran pobres: tres de Carrasco, uno de Gameiro, dos de Griezmann y Torres y Vietto sin ver puerta. Sin embargo, había cierta justificación en los números del equipo, incluso aceptación. No se había podido fichar y en enero se notaría la mejoría. Y se notó, pero no en exceso por participación directa de las incorporaciones.
En la temporada en la que los fichajes del equipo parecían exigir un paso adelante, al menos en lo que en el ataque se refiere, hemos asistido a cómo los delanteros suman cuatro goles en Liga, uno de ellos es de un canterano, el resto de Griezmann, siendo así la segunda delantera que menos aporta en la parcela ofensiva, sólo por delante de la del Valencia.
En una Liga que parece no tener dominador, la figura de un resulta imprescindible no para lucharla, sino para ser el principal candidato viendo el rendimiento que están dando hasta el momento los dos grandes favoritos. El Atlético se puede mantener en la pelea a base de exprimir su sistema defensivo pero para que la pelota caiga de su lado regularmente necesita que o bien Griezmann, o bien Costa anoten con regularidad.
