La llegada de Johnny Cardoso el pasado verano hacía presagiar que el futuro del centro del campo del Atlético de Madrid pasaba por el estadounidense y Pablo Barrios. Dos futbolistas jóvenes, con proyección y personalidad, llamados a convertirse en la nueva “sala de máquinas” del conjunto rojiblanco. En ese escenario, jugadores como Koke o Gallagher parecían destinados a un papel secundario, a la espera de aprovechar sus oportunidades cuando alguno de los teóricos titulares flaqueara.
Sin embargo, la temporada no comenzó de la mejor manera. Una serie de resultados irregulares dejó señalados a varios futbolistas, entre ellos Cardoso. Pese a mostrar destellos de calidad, el ex del Betis evidenciaba que necesitaba un periodo de adaptación mayor, tanto al ritmo del equipo como a las exigencias de Diego Pablo Simeone. Y fue ahí donde Koke volvió a aparecer. El capitán respondió con oficio y calidad, rindiendo a un nivel que pocos esperaban dada su edad y kilometraje. Su liderazgo nunca estuvo en duda, pero muchos pensaban que sus piernas ya no estaban para sostener un centro del campo de élite. Una vez más, Jorge Resurrección ha demostrado que es uno de los mediocampistas más infravalorados del fútbol español.
Koke no solo le arrebató el puesto a Cardoso, sino que aprovechó la lesión del estadounidense para consolidarse todavía más en el once. Su presencia se nota: distribuye el balón con precisión, marca los tiempos del equipo como un auténtico director de orquesta y ordena la presión y el repliegue con autoridad. Además, ejerce de escudo y voz de mando cuando el equipo más lo necesita. Está viviendo una segunda juventud.
Es cierto que ya no puede disputar los 90 minutos con la misma intensidad de antaño y que Simeone debe dosificarle, pero esta versión del capitán es oro puro para el Atlético. Falta ver qué sucede con el inminente regreso de Cardoso, pero lo que está claro es que Koke ha decidido aprovechar cada minuto que le da el Cholo, ya sea desde el banquillo o como titular. Nunca subestimen al mayor símbolo del Atlético de Madrid vestido de corto, con el debido respeto a leyendas como Luis Aragonés o Fernando Torres.
