En la madrugada del viernes al sábado, una vez conocida la noticia de que Joao Félix disputaría la presente temporada con la camiseta blaugrana, el debate sobre si el luso triunfaría lejos de la mirada de Simeone se volvió a hacer viral. Sus seguidores volvieron a agitar el avispero, al igual que hicieron cuando el portugués se marchó a Londres o cuando intentaron avivar una guerra civil en el seno rojiblanco para apartar al Cholo del banquillo del Metropolitano.
Una salida de última hora, con una rebaja salarial y una renovación de contrato para abaratar las amortizaciones. Con un entrenador, Xavi, que no parece contar de primeras con él. En un movimiento de cesión, sin guardarse opción de compra, obligatoria o no, y llegando de la mano de otro portugués, este sí pretendido por la dirección deportiva. Según cartas dadas, nada parece indicar que la mano de Joao sea buena, pero ¿Y si sale? Es decir, ¿Y si triunfa?
Joao ha llegado al FC Barcelona con la misma predisposición con la que un recién divorciado sale por primera vez de fiesta tras acabar su matrimonio, con la intención clara de hacerle ver al otro que se ha equivocado. Con el objetivo de que al otro lado le vean como un triunfador, una perla que no supieron pulir. Sus actitudes y declaraciones nada más conocerse la cesión han ido en ese sentido. Ya no es jugador del Chelsea, ahora es un niño que soñaba desde pequeño con vestir la camiseta azulgrana. Ahora llega a un equipo en el que tiene mejores compañeros a su lado (ya veremos que tal ha sentado esto dentro del vestuario del Metropolitano) y que tiene “otra dimensión.” Como subir varios posts seguidos con tu nuevo rollete alabando sus virtudes y dejando claro que no es para nada parecida a tu exmujer.
Pero, ¿Y si triunfa? Parémonos un segundo a pensar en la posibilidad de que Joao Félix encaje como un guante en el sistema táctico de Xavi, o despunte tanto que fuerce a este a tener que amoldar el resto del equipo a su nuevo catorce. Para muchos, este habrá ganado. Habrá demostrado a todo el mundo que él, y su entorno, llevaban razón y solo necesitaba al entrenador adecuado que generara el contexto perfecto para que la perla lusa brillase. Para otros, los astros se habrían alineado. Todo sería fruto del destino, de una moneda tirada al aire que ese año habría salido cara.
Si Joao triunfa en el FC Barcelona no será por fruto del azar o porque Xavi sepa más de fútbol que Simeone, sino por él mismo. Si Félix termina de romper en la Ciudad Condal será porque, de una vez por todas, habría entendido el mensaje de que el talento sin trabajo no sirve. Habría logrado comprender cuales son sus virtudes y carencias y poner el resultado de todo aquello a disposición de su equipo.
6 septiembre, 2023
Sinceramente, yo quiero que triunfe, fundamentalmente, para poder quitárnoslo de encima para siempre.