Una entrevista envenenada

Después de un par de días de tregua en el Atlético de Madrid, João Félix rompió su silencio. Lo hizo por primera vez desde que cogiera un avión hacia Londres y desembarcara en el Chelsea en este mercado invernal. Como es de esperar, cuando el portugués habla, sube el pan. No es João uno de esos futbolistas que acostumbra a callar. Sin embargo, la disparidad de reacciones en las redes me llevó a detenerme a leer su entrevista en el diario AS. Y lejos de lo que esperaba, encontré un João mucho más maduro y correcto que en otras ocasiones.

Que a João Félix no le gusta Simeone es un hecho conocido por todos. Ni él se ha adaptado al argentino ni Diego Pablo al portugués. Aun con todo, cuesta encontrarle palabras de desprecio hacia el ‘Cholo’ durante su entrevista. Sorprende, incluso, su autocrítica respecto a la presunta falta de confianza de Simeone respecto a él, ya que no fue la tónica frecuente durante sus tres años y medio aquí. Del mismo modo, el ex ‘7’ rojiblanco tampoco muestra ingratitud o arrepentimiento por haber vestido la camiseta del Atlético de Madrid. Quizás sea consciente de que le tocará volver en junio a la capital de España. Pero, por lo pronto, ya es más respeto del que evidenció alguna vez durante su etapa de colchonero.

Reconozco que João no es santo de mi devoción, ni dentro ni fuera del campo. Entre otras cosas, por sus pullitas y las de su entorno hacia el técnico más legendario de la historia del club. Estoy convencido de que quienes lanzaron y permitieron esta entrevista intentaron capitalizar ese enfado para sacudir al ‘Cholo’ (algunos, probablemente, desde dentro del club). Pero les ha salido mal. Ni el hambre de titulares ni el resentimiento pueden tapar la realidad. João estuvo bien en su entrevista, y eso es algo digno de resaltar. Ahora, solamente queda desearle lo mejor en Londres. Su suerte será la nuestra; bien en forma de venta lucrativa, bien en forma de continuidad en casa.

En cuanto a Simeone, convendría que el entrenador rojiblanco revisara cuidadosamente sus amistades. Ya son varias las ocasiones en esta temporada en las que los voceros del ‘gilismo’ buscan colocarle en la rampa de salida. Siempre de forma indirecta y sibilina, que es el modus operandi de Gil Marín. No es casualidad que el CEO quede como el aliado de João y Simeone, como el malo de la película. Alguien debería decirle a Diego Pablo que, mientras él pone su cara por delante para que se la partan, otros están buscando apuñalarle por la espalda. Esta vez les salió rana, pero no será la última. Los Miró de turno rascarán cualquier resquicio de carnaza con tal de satisfacer los propósitos de su amo, que es empujar al ‘Cholo’ a que coja la puerta al final de esta campaña.

Autor: David Gómez

Alcarreño. Adicto a la buena música y a la escritura. Estudiando y haciendo periodismo con un micrófono y un papel. Esclavo de una pasión llamada Atlético de Madrid.

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2 Comentarios

  1. Dije hace tiempo en este mismo espacio, cuando Joao Félix era una perla intocable que iba a comandar el destino del primer equipo durante años, que el portugués podría ser el talón de Aquiles de Simeone.

    Más allá de unos pocos partidos brillantes, Joao Félix no encajó nunca en el sistema de Simeone, ya se sabía que era un jugador totalmente contrario a su sistema de juego, pero se le dieron muchas oportunidades, muchas más que a cualquier otro jugador y la causa de ello era evidente: 120 kilos. (Algo similar ocurre con Lemar).

    La metedura de pata de Gil al fichar a Joao Félix tuvo, como primera consecuencia, que el Atleti modificara su esquema defensivo, debilitando lo que había sido una garantía hasta ese momento y un arma eficaz para enfrentarse a los poderosos.

    Aún así, Diego Pablo Simeone consiguió lo imposible y se siguieron ganando nuestras Ligas particulares. Válido para la dirigencia y no tanto para el sector exigente de la afición. Pero la presencia de Joao Félix en esos equipos ha ido decayendo y dejar 120 kilos en el banquillo es algo que Gil no puede permitir.

    Me ha sorprendido, sin embargo, que haya aceptado una cesión en vez de cortar directamente la cabeza de Simeone. En cualquier caso, tendremos de vuelta al portugués en breve porque el Chelsea no está dispuesto a pagar 140 millones y, con su vuelta, la permanencia de Simeone estará en el aire.

    Esta es la historia de cómo la decisión de un dirigente puede ir en contra los intereses del propio club que dirige.

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    • Pero no solo es culpa de los dirigentes,los aficionados tambien tenemos nuestra culpa.Cuando se vende a griezman por 120 millones al barca la gran mayoria de la aficcion exije traer un jugador por ese dinero.Yo no escuche a ningun aficionado decir que se gastaran 50 millones,por ejemplo,en su sustituto y el resto para quitar deuda.En el atletico desde que esta Simeone sus aficionados nos hemos vuelto mas exijentes y eso para el futbol de hoy en dia es complicado porque puedes tener un año como este el valencia y el sevilla y todo es catastrofico.

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